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Baile nocturno
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Baile nocturno
Se sentía simplemente un ridículo, no sabía porque se había comprado ese disfraz... la invitación decía "baile de halloween" así que se compró un disfraz de vampiro, colmillos una capara y un antifaz, las chicas que atendían en lugar hostigaban a Sebastian para que se comprara eso pues aseguraban que se veía bien pero se miraba en el espejo y sólo veía a un idiota disfrazado, soltó un suspiro tan fatídico que fácilmente se podía escuchar en la casa de sus vecinos.
Miró el reloj y notó lo tarde que se le hacía.- oder Scheiße (oh ****).- Tomó su billetera celular guardándolo en ese entallado pantalón negro y se quitó el antifaz, no tenía planeado salir a la calle con eso, simplemente tenía los colmillos y la capa extendida en su mano, olía a loción masculina y su camisa blanca tan elegante como sólo él enmarcaba su atractivo torso.
Salió de la casa y tomó su auto, lo había mandado al auto lavado para que todo quedara perfecto para aquella noche, tenía una rosas rojas y una que otra negra para adornar aquel ramo, se aventuró a conducir al templo para recoger a Hyou, estaba algo nervioso por lo que Hyou pudiese decir.
Miró el reloj y notó lo tarde que se le hacía.- oder Scheiße (oh ****).- Tomó su billetera celular guardándolo en ese entallado pantalón negro y se quitó el antifaz, no tenía planeado salir a la calle con eso, simplemente tenía los colmillos y la capa extendida en su mano, olía a loción masculina y su camisa blanca tan elegante como sólo él enmarcaba su atractivo torso.
Salió de la casa y tomó su auto, lo había mandado al auto lavado para que todo quedara perfecto para aquella noche, tenía una rosas rojas y una que otra negra para adornar aquel ramo, se aventuró a conducir al templo para recoger a Hyou, estaba algo nervioso por lo que Hyou pudiese decir.
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Re: Baile nocturno
El menor de la familia Kudara se veía al espejo después de haber quedado listo su disfraz, buscando alguna imperfección que debiera ser arreglada. Cierto dragón lo había invitado al gran baile de Halloween y se sentía bastante ansioso por salir con él. Su disfraz constaba de una bata de bruja de mangas anchas, color negro con algunas decoraciones en morado. El largo de la bata le llegaba hasta debajo de los glúteos, donde se asomaban unos estrechos pantalones negros y al final unas botas largas que se ataban con cordones y tenían una punta retorcida. En la cúspide de la cabeza lucía un sombrero de bruja con un lazo morado y pequeñas calabazas y caramelos decorándolo, una media luna plateada colgaba en la punta de su sobrero y tanto cola como orejas se asomaban siendo perfectamente visibles entre las ropas. Hyou había decidido disfrazarse del gato de la bruja y sus extremidades animales resultaban ser perfectas para la ocasión.
Su madre entro a la habitación con cámara en mano, dispuesto a disparar el flash contra el menor, debió ceder pues había sido el rubio felino quien elaboro aquel disfraz para él y tenía derecho a verlo terminado. El llamado de su celular lo salvo de la cesión después de haber sido fotografiado unas cuantas veces, era Sebastian quien llamaba para avisar que había llegado. Su madre lo miro con un gesto de reproche, por educación su novio debía bajar del auto y presentarse, pero era más por la curiosidad de su progenitor que por otra cosa, pues el rubio francés se había mostrado muy animado por conocer al cocodrilo. Hyou dio un suspiro y le dijo al moreno que podía pasar a la casa para saludar. Después de haberlo escuchado su madre brincoteo por ahí mientras el menor acudía a la puerta con el fin de abrirla.
Su madre entro a la habitación con cámara en mano, dispuesto a disparar el flash contra el menor, debió ceder pues había sido el rubio felino quien elaboro aquel disfraz para él y tenía derecho a verlo terminado. El llamado de su celular lo salvo de la cesión después de haber sido fotografiado unas cuantas veces, era Sebastian quien llamaba para avisar que había llegado. Su madre lo miro con un gesto de reproche, por educación su novio debía bajar del auto y presentarse, pero era más por la curiosidad de su progenitor que por otra cosa, pues el rubio francés se había mostrado muy animado por conocer al cocodrilo. Hyou dio un suspiro y le dijo al moreno que podía pasar a la casa para saludar. Después de haberlo escuchado su madre brincoteo por ahí mientras el menor acudía a la puerta con el fin de abrirla.
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
Unos ojos dorados escudriñaban la imagen que le devolvía el espejo de un hombre a medio vestir, mientras con cuidado sus manos arreglaban cada detalle con la paciencia que se dedicaba al arte.Desde muy pequeño había tenido un particular gusto por la fiesta de Halloween, lo oscuro y tenebroso habían marcado su vida y quedaba acorde al ser un gato negro, por lo cual no era de sorprenderse que silbara alegremente mientras se arreglaba su disfraz.
El baile de Halloween era esa noche y él había decidido asistir, aunque esta vez llevaría con él al oso que había despertado en él cierto interés. Colocó un broche con una calavera en la corbata ancha del disfraz, un elegante traje de caballero victoriano con chaleco bordado con rosas y una gabardina de terciopelo rojo con el cuello alzado y patrones celtas en los puños y cuello en dorado, pantalones negros a su talle y botas con broches dorados, un sombrero de copa negro con un lazo rojo con una serie de rosas rojas acomodadas en el ala del sombrero, además de un bastón con un craneo en la empuñadura, estaba muy satisfecho con su trabajo al elaborar el disfraz y con un último vistazo al espejo salió de su piso.
Tomó su auto, avisándole al oso por celular que ya estaba en camino a por él, tomando el camino común manejando con calma ante miradas de otros conductores con desigual expresión, aunque al ser un artista y gótico no era para menos su vestimenta ostentosa. Al llegar a su destino bajó y marcó de nuevo para que su acompañante bajara, recargandose en el auto esperando con tranquilidad, iban en buen tiempo.
El baile de Halloween era esa noche y él había decidido asistir, aunque esta vez llevaría con él al oso que había despertado en él cierto interés. Colocó un broche con una calavera en la corbata ancha del disfraz, un elegante traje de caballero victoriano con chaleco bordado con rosas y una gabardina de terciopelo rojo con el cuello alzado y patrones celtas en los puños y cuello en dorado, pantalones negros a su talle y botas con broches dorados, un sombrero de copa negro con un lazo rojo con una serie de rosas rojas acomodadas en el ala del sombrero, además de un bastón con un craneo en la empuñadura, estaba muy satisfecho con su trabajo al elaborar el disfraz y con un último vistazo al espejo salió de su piso.
Tomó su auto, avisándole al oso por celular que ya estaba en camino a por él, tomando el camino común manejando con calma ante miradas de otros conductores con desigual expresión, aunque al ser un artista y gótico no era para menos su vestimenta ostentosa. Al llegar a su destino bajó y marcó de nuevo para que su acompañante bajara, recargandose en el auto esperando con tranquilidad, iban en buen tiempo.
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
Se miraba nervioso en el espejo de cuerpo natural que tenía en su cuarto. El fotógrafo del día anterior le había invitado a ir con él al baile de halloween de la ciudad y se estaba poniendo el disfraz obligatorio para poder entrar. Había sido el moreno el que le había aconsejado sobre el traje, aunque no habían podido elegir entre demasiado, sobre todo por la necesidad de tallas especiales por el oso. Se colocó con cuidado las orejas alargadas y cubiertas de una ligera capa de pelo obre las suyas propias, adquiriendo un aspecto lupino, mientras se acostumbraba a la dentadura postiza de aspecto lupino. Llevaba un traje de mayordomo con una chaqueta negra cruzada y abotonada sobre una camisa blanca. Bordados sobre la chaqueta había el espectro de arañazos causados por garras de un animal salvaje, como si hubiera intentado arrancárselo en un acceso de furia con las zarpas postizas que tenía sobre sus dedos. Si bien las prótesis le daban un aspecto animal, no le molestaban para nada al mover los dedos, lo cuál le gustaba bastante. Se colocó con cuidado una cola postiza de lobo sobre el muñón blanco de oso polar, sujetándola firmemente y moviendola un poco para comprobar que no se caería en mitad de la fiesta, satisfecho con el resultado, cogiendo el collar de cuero negro con tachones dorados y colocándoselo en el cuello, dejando que la larga correa que lo acompañaba cayera sobre su pecho, sonriendo contento por el efecto del traje. El se veía muy bien, aunque prefería esperar a escuchar otra opinión, por lo que salió al salón, esperando a que le llamarán para indicarle que se preparara para irse.
Se levanto enseguida al oír el móvil, nervioso. Había ido muchas veces a fiestas, pero casi siempre solo y contra su voluntad porque su agente lo consideraba beneficioso para su carrera deportiva. Normalmente prefería quedarse en casa descansando y mirando la televisión, pero el fotografo le había caído bastante bien y había aceptado gustoso su invitación, aunque el baile fuera de terror. Esperaba que ninguno de los asistentes llevara trajes demasiado realistas....Bajó con cuidado en el ascensor al oír el timbre, mirándo al menor con sorpresa, el traje le quedaba perfectamente. Se colocó a su lado, adoptando un aire serio como en el gimnasio, mirándolo. -Buenas noches...¿has esperado mucho?-
Se levanto enseguida al oír el móvil, nervioso. Había ido muchas veces a fiestas, pero casi siempre solo y contra su voluntad porque su agente lo consideraba beneficioso para su carrera deportiva. Normalmente prefería quedarse en casa descansando y mirando la televisión, pero el fotografo le había caído bastante bien y había aceptado gustoso su invitación, aunque el baile fuera de terror. Esperaba que ninguno de los asistentes llevara trajes demasiado realistas....Bajó con cuidado en el ascensor al oír el timbre, mirándo al menor con sorpresa, el traje le quedaba perfectamente. Se colocó a su lado, adoptando un aire serio como en el gimnasio, mirándolo. -Buenas noches...¿has esperado mucho?-
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
Simplemente no pudo evitar que los latidos de su corazón se aceleraran pues escuchó que Hyou le pedía que subiera para que la madre de este pudiese conocerle, soltó un suspiro tratando de tranquilizarse mientras recorría el corto camino a la puerta de aquella casa, se acomodó el cabello y espero a que le abriesen la puerta de nada servía ahora que tocará si sabían que iba a estar ahí, entonces se dio cuenta que tenía los colmillos.- Diablos...- Murmuró tratando de quitarlos pero era imposible hacer eso ya que tenía un pegamento especial para mantenerlos fijo ahí hasta el día siguiente pues aproximadamente eso tardaría en deshacerse.
Decidió tranquilizarse y dejar eso de lado esperando con el ramo de rosas en mano, ahora tendría que dárselo a quien pedía conocerle, no sabía como era esa persona, si aceptaba lo suyo con Hyou o que tal vez cambiara de opinión con verle, después de todo había una gran diferencia de edad entre el y la pequeña pantera, mientras Sebastian trabajaba como profesor Hyou aún estudiaba y tal vez eso no le agradaba del todo a la madre del menor.
Decidió tranquilizarse y dejar eso de lado esperando con el ramo de rosas en mano, ahora tendría que dárselo a quien pedía conocerle, no sabía como era esa persona, si aceptaba lo suyo con Hyou o que tal vez cambiara de opinión con verle, después de todo había una gran diferencia de edad entre el y la pequeña pantera, mientras Sebastian trabajaba como profesor Hyou aún estudiaba y tal vez eso no le agradaba del todo a la madre del menor.
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
Un suspiro, manó de los delicados labios de cereza de aquella pantera joven y aparentemente, preocupada. Podía percibir la esencia del moreno detrás de la puerta, sus manos ya estaban colocadas sobre la perilla, dispuesto a abrirla, pero un leve empujón lo sacó de balance y lo único que pudo ver al momento siguiente fue la esbelta figura de su madre tomando su lugar para abrir la puerta a su tan esperado yerno. – ¡Bienvenido! Pase, pase joven Melrose. Ah! Que hombre tan grande. – Ese tono tan animado era lo que más aterraba al menor, pues su madre había tirado ya del brazo de Sebastian para meterlo dentro de la casa. - Ha… Sebastian. – El menor debió aguantarse las ganas de darle un beso de bienvenida a su cita, pues no quería hacerlo frente a su madre y por lo visto su progenitor ya había acaparado al dragón, no dejándole otra opción mas que seguirlos a la sala. – Vamos, siéntese un momento. Oh! flores, muy adecuadas para la ocasión. – Dijo el rubio tomando el ramo y haciendo un comentario a su hijo sobre lo galante que resultaba ser el moreno, a lo que el menor tan solo sonrió un tanto avergonzado, sentándose en el sillón individual de la sala pues su madre había tomado el asiento junto al cocodrilo.
Hyou desviaba la mirada con el rostro sonrojado mientras su querido madre inspeccionaba al moreno, presionando los músculos de sus brazos. – Es un placer conocerlo, mi querido gatito lo ha hecho bien esta vez. Tenía mis dudas, mi esposo lo describe de manera distinta, pensé que sería algún monstruo come niños pero resulta ser muy agradable a la vista, Miau~u ♪ – Las orejas y cola de su madre estaban visibles y él comenzaba a actuar de esa manera tan felina y juguetona. La sesión de preguntas duró unos cuantos minutos más, preguntas que iban desde su profesión hasta su familia. Cuando lo creyó prudente y no pudo soportar más de aquella vergonzosa escena, la joven pantera se puso de pie alegando que era tarde, tomando la mano del mayor y dándole un beso en la mejilla a su progenitor mientras se despedía apresuradamente. Un “Te quiero, mamá” salió de los labios del menor y fue retribuido con una sola palabra que significaba bastante pues era la aprobación de su madre: “Diviértanse”.
Tiró de la mano del moreno hasta que llegaron al automóvil, terminando por recargarse en este para recuperar el aliento. – Lo siento… mi madre estaba muy emocionado el día de hoy. – Trató de excusarse, para después dirigir su mirada sobre el cuerpo y las vestimentas del otro. La sombra rosada que delataba su timidez apareció como la maldición permanente en su rostro. – Te ves muy bien... – Lo que realmente estaba en su mente era que se veía increíblemente bien, pero no se atrevió a decirlo a riesgo de que s sonrojo incrementase aun mas.
Hyou desviaba la mirada con el rostro sonrojado mientras su querido madre inspeccionaba al moreno, presionando los músculos de sus brazos. – Es un placer conocerlo, mi querido gatito lo ha hecho bien esta vez. Tenía mis dudas, mi esposo lo describe de manera distinta, pensé que sería algún monstruo come niños pero resulta ser muy agradable a la vista, Miau~u ♪ – Las orejas y cola de su madre estaban visibles y él comenzaba a actuar de esa manera tan felina y juguetona. La sesión de preguntas duró unos cuantos minutos más, preguntas que iban desde su profesión hasta su familia. Cuando lo creyó prudente y no pudo soportar más de aquella vergonzosa escena, la joven pantera se puso de pie alegando que era tarde, tomando la mano del mayor y dándole un beso en la mejilla a su progenitor mientras se despedía apresuradamente. Un “Te quiero, mamá” salió de los labios del menor y fue retribuido con una sola palabra que significaba bastante pues era la aprobación de su madre: “Diviértanse”.
Tiró de la mano del moreno hasta que llegaron al automóvil, terminando por recargarse en este para recuperar el aliento. – Lo siento… mi madre estaba muy emocionado el día de hoy. – Trató de excusarse, para después dirigir su mirada sobre el cuerpo y las vestimentas del otro. La sombra rosada que delataba su timidez apareció como la maldición permanente en su rostro. – Te ves muy bien... – Lo que realmente estaba en su mente era que se veía increíblemente bien, pero no se atrevió a decirlo a riesgo de que s sonrojo incrementase aun mas.
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
Movía el bastón en su mano mientras esperaba, mirando los pequeños brillantes rojos en los ojos de esta que reflejaban la luz, hasta que escuchó los pasos de alguien al acercarse, alzando la vista y topándose con el oso, pasando su mirada por el disfraz del otro, sin duda había sido una acertada decisión ya que le sentaba estupendamente, además que el traje estaba muy bien elaborado. Ante la pregunta negó lentamente- Para nada, has bajado bastante rápido -respondió con tranquilidad, mirándole con esa mirada dorada y pícara, caminando cerca a él con gesto crítico- ese aire le sienta estupendo a tu disfraz, aunque siento que te estoy obligando a acompañarme -pasando las manos por la cadena que colgaba del cuello ajeno, dando un tironcito juguetón, soltándola para sacar una cámara repentinamente de su gabardina, tomándole una foto al otro de manera desprevenida que al verla en la pantalla se miraba excelente, por supuesto nunca saldría sin una- luego te la muestro ¿Nos vamos? -dijo apuntando al auto con un ademán elegante, antes de dirigirse el mismo a este y encendiéndolo.
Se dirigió al lugar del baile sin demasiada prisa, mirando al otro cuando debió detenerse en una luz roja- Te ves muy bien, incluso te queda ser un lobo -comentó con completa sinceridad, no ponía en duda el atractivo del otro pero la combinación de algo elegante y salvaje le gustaba bastante, debía recordar usarlo en futuro trabajo. Regresó la vista al camino cuando cambió la luz, tardando poco en toparse con el lugar en donde ya se miraba bastante movimiento, buscando donde aparcar, un tanto retirado de la puerta para su gusto pero poco se podía hacer en ese aspecto. Salió del auto acomodándose el disfraz y alineando el ala del sombrero con un aire que si recordaba a un noble victoriano, subiendo a la acera para estar de pie al lado del oso, alzando la vista un poco ya que a pesar del porte que tenía y una estatura que podría considerarse sobre el promedio quedaba bastante por debajo del ojiazul- ¿Vamos? -pidió sonriéndole, andando por la acera hasta las puertas, entrando al lugar mirando con agrado la decoración y la cantidad de asistentes, se miraba elegante y tétrico, tal como los disfraces que variaban entre lo chusco, lo común y lo aterrador, menguando también en la calidad, algunas miradas los siguieron pero el solo continuó su camino con aire orgulloso en su papel de noble, parándose junto a unos pilares góticos de decoración para observar con discreción a todos- ¿Que te parece el lugar? -le preguntó a su acompañante, mientras notaba a algunos murmurar viendo precisamente a este, no era de extrañarse por la promoción que seguramente le estaban haciendo a Bursar por su futura pelea.
Se dirigió al lugar del baile sin demasiada prisa, mirando al otro cuando debió detenerse en una luz roja- Te ves muy bien, incluso te queda ser un lobo -comentó con completa sinceridad, no ponía en duda el atractivo del otro pero la combinación de algo elegante y salvaje le gustaba bastante, debía recordar usarlo en futuro trabajo. Regresó la vista al camino cuando cambió la luz, tardando poco en toparse con el lugar en donde ya se miraba bastante movimiento, buscando donde aparcar, un tanto retirado de la puerta para su gusto pero poco se podía hacer en ese aspecto. Salió del auto acomodándose el disfraz y alineando el ala del sombrero con un aire que si recordaba a un noble victoriano, subiendo a la acera para estar de pie al lado del oso, alzando la vista un poco ya que a pesar del porte que tenía y una estatura que podría considerarse sobre el promedio quedaba bastante por debajo del ojiazul- ¿Vamos? -pidió sonriéndole, andando por la acera hasta las puertas, entrando al lugar mirando con agrado la decoración y la cantidad de asistentes, se miraba elegante y tétrico, tal como los disfraces que variaban entre lo chusco, lo común y lo aterrador, menguando también en la calidad, algunas miradas los siguieron pero el solo continuó su camino con aire orgulloso en su papel de noble, parándose junto a unos pilares góticos de decoración para observar con discreción a todos- ¿Que te parece el lugar? -le preguntó a su acompañante, mientras notaba a algunos murmurar viendo precisamente a este, no era de extrañarse por la promoción que seguramente le estaban haciendo a Bursar por su futura pelea.
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
-Bien..no quería hacerte esperar mucho...- Se quedó quiero cuando el menor caminó alrededor suyo, imaginándo que querría ver como le sentaba el disfraz antes de irse. Levantó un poco la cola lupina, moviendola suavemente, manteniendo el gesto frio que normalmente presentaba a los demás. -No tenía nada mejor que hacer...y en la televisión decían que iba a ser muy divertido.- Se encogió un poco de hombros, aunque la verdad es que solo iba por el menor, dudaba haber ido sin el fotógrafo a su lado. Se inclinó un poco sorprendido por el tirón en la correa, parpadeando un poco por la foto sorpresa. -Ah...si, claro...- Dijo, rodeando el coche para colocarse en el asiento del copiloto teniendo cuidado de no aplastar su cola, mirándo al menor entrar. -Tu disfraz también te sienta muy bien...- De hecho, incluso le daba un poco de miedo, en especial por el bastón, cuyo cráneo no terminaba de parecerle completamente falso.....incluso podía ser un bastón con un fantasma dentro....Tragó saliva ante la idea, mirándo los ojos de la calavera con precaución, por si acaso esta comenzaba a moverse por propia voluntad, para poder reaccionar a tiempo al posible ataque de un espectro o del propio bastón que hubiera cobrado vida como un tsukumogami.
Sus miradas pasaban desde la ventana al bastón lentamente, imaginando que seguramente el bastón no se movería si se sentía vigilado. Las palabras del menor le sorprendió un poco, volviendo a centrarse en Eloane. -Ah...¿tu crees?- Le preguntó, acariciandose las orejas puntiagudas con las zarpas, moviendo un poco la cola lupina. Aunque en un principio no le había gustado mucho, ir de animal le comenzaba a divertir. Pasó la palma de la mano por el pelaje artificial, agradado por la suave sensación, muy parecida al pelo real, lo que lo hacía bastante agradable. -La verdad es que me gusta bastante...- Admitió, sonriendo para sus adentros mientras llegaban a su destino, olvidando la fantasmal amenaza del bastón maldito, bajándose enseguida al llegar a su destino, saliendo con cuidado, mirándo a los concurrentes con un pequeño escalofrío. Había disfraces que le parecían hasta demasiado realistas, aunque muchos otros casi le sacaban una sonrisa divertida. Se giró, mirándo un poco al pelinegro, que parecía encantado con el ambiente de la fiesta. -Claro...- Avanzó con aire serio unos pasos por detrás del menor, complementando el aire de nobleza de este con su presencia. Aunque su compañero sobresalía entre la muchedumbre con bastante facilidad, los más de dos metros del luchador aún hacía que ambos destacarán más. Continuó caminando con aire serio, deteniéndose una vez en el interior del salón, decorado para la ocasión como una enorme casa encantada. -Me gusta...se han esmerado mucho...- Dijo, mirándo los adornos con curiosidad, sobre todo algunos murciélagos colgados del techo o enormes arañas peludas colocadas en las columnas decoradas con sus telarañas. Aunque los objetos de terror no le gustaban mucho, los murciélagos eran una pequeña excepcion, sobre todo los de juguete. Abstraído observando la decoración, no oía las conversaciones en voz baja de aquellos que lo habían reconocido, al menos hasta que notó como alguién llamaba su atención con un susurró bajo, bajando la mirada para ver a una adolescente que le tendía una foto suya y un bolígrafo. -¿Me la firma...?- Preguntó, con un hilito de voz, ante lo que el oso cogió la foto y el bolígrafo, firmando la imagen para entregarsela, tras lo cual la chica volvió a perderse entre la multitud dejando un rastro de pequeñas risas. -...Parece que el reportaje funcionó...- Dijo, volviendo al lado de Eloane, algo sorprendido.
Sus miradas pasaban desde la ventana al bastón lentamente, imaginando que seguramente el bastón no se movería si se sentía vigilado. Las palabras del menor le sorprendió un poco, volviendo a centrarse en Eloane. -Ah...¿tu crees?- Le preguntó, acariciandose las orejas puntiagudas con las zarpas, moviendo un poco la cola lupina. Aunque en un principio no le había gustado mucho, ir de animal le comenzaba a divertir. Pasó la palma de la mano por el pelaje artificial, agradado por la suave sensación, muy parecida al pelo real, lo que lo hacía bastante agradable. -La verdad es que me gusta bastante...- Admitió, sonriendo para sus adentros mientras llegaban a su destino, olvidando la fantasmal amenaza del bastón maldito, bajándose enseguida al llegar a su destino, saliendo con cuidado, mirándo a los concurrentes con un pequeño escalofrío. Había disfraces que le parecían hasta demasiado realistas, aunque muchos otros casi le sacaban una sonrisa divertida. Se giró, mirándo un poco al pelinegro, que parecía encantado con el ambiente de la fiesta. -Claro...- Avanzó con aire serio unos pasos por detrás del menor, complementando el aire de nobleza de este con su presencia. Aunque su compañero sobresalía entre la muchedumbre con bastante facilidad, los más de dos metros del luchador aún hacía que ambos destacarán más. Continuó caminando con aire serio, deteniéndose una vez en el interior del salón, decorado para la ocasión como una enorme casa encantada. -Me gusta...se han esmerado mucho...- Dijo, mirándo los adornos con curiosidad, sobre todo algunos murciélagos colgados del techo o enormes arañas peludas colocadas en las columnas decoradas con sus telarañas. Aunque los objetos de terror no le gustaban mucho, los murciélagos eran una pequeña excepcion, sobre todo los de juguete. Abstraído observando la decoración, no oía las conversaciones en voz baja de aquellos que lo habían reconocido, al menos hasta que notó como alguién llamaba su atención con un susurró bajo, bajando la mirada para ver a una adolescente que le tendía una foto suya y un bolígrafo. -¿Me la firma...?- Preguntó, con un hilito de voz, ante lo que el oso cogió la foto y el bolígrafo, firmando la imagen para entregarsela, tras lo cual la chica volvió a perderse entre la multitud dejando un rastro de pequeñas risas. -...Parece que el reportaje funcionó...- Dijo, volviendo al lado de Eloane, algo sorprendido.
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
La puerta se abrió, había percibido el aroma de Hyou pero fue brutalmente suplido por el de alguien que no conocía, hasta que vio a aquel hombre, a simple vista era mayor que él y Hyou así que supuso sin problemas que se tratada del madre de Hyou así que una sonrisa amable se dibujó en sus labios, era un tanto forzada pero debía admitir que le deba un poco de gusta conocer a la persona que trajo al mundo al chico que más amaba pero igual estaba algo nervioso por lo que el mayor pudiese decir de él. Su mirada fue un momento a Hyou tratando de decirle con ello que estaba bien, tenía en mente ofrecer el ramo de flores pero aquel agradable hombre se había adelantado tomándolas.
Era inevitable para Sebastian apretar los músculos de sus brazos haciéndolos más duros con el contacto del felino en estos luego notó aquellas orejas y cola que sólo significaban el furor que el alma de los felinos tenían en esos momentos, contestó con calma a todas y cada una de las preguntas del mayor con paciencia y hasta un poco de elegancia, quería lucirse lo mejor que pudiese, después de todo era la aprobación de los padres de Hyou la que buscaba (aunque hubiese empezado mal con el padre del menor), después escuchó a Hyou diciéndole a su madre que debían irse así que se levantó excusándose y despidiéndose con caballerosidad siguiendo al moreno.
A penas cruzó el umbral de la puerta sintió que más de 100 kilos caían de sus hombros no dijo nada y subió al auto una vez ahí soltó un largo suspiro que indicaba alivio luego escuchó al menor y sonrió.- Es alguien agradable- cuánto hubiese dado él por tener una madre semejante… encendió el auto y luego observó con ese tono de lujuria en sus ojos a Hyou y se lamió los labios acercándose para besar ese exquisito cuello blanquecino.- Tú te vez mucho mejor…- Le susurró sobre la piel y luego subió a esos hermosos labios besándolos con pasión, su lengua se deleitaba con el exquisito sabor que sólo Hyou poseía, se separó poco después y comenzó a conducir hacía donde era aquel baile.
Era inevitable para Sebastian apretar los músculos de sus brazos haciéndolos más duros con el contacto del felino en estos luego notó aquellas orejas y cola que sólo significaban el furor que el alma de los felinos tenían en esos momentos, contestó con calma a todas y cada una de las preguntas del mayor con paciencia y hasta un poco de elegancia, quería lucirse lo mejor que pudiese, después de todo era la aprobación de los padres de Hyou la que buscaba (aunque hubiese empezado mal con el padre del menor), después escuchó a Hyou diciéndole a su madre que debían irse así que se levantó excusándose y despidiéndose con caballerosidad siguiendo al moreno.
A penas cruzó el umbral de la puerta sintió que más de 100 kilos caían de sus hombros no dijo nada y subió al auto una vez ahí soltó un largo suspiro que indicaba alivio luego escuchó al menor y sonrió.- Es alguien agradable- cuánto hubiese dado él por tener una madre semejante… encendió el auto y luego observó con ese tono de lujuria en sus ojos a Hyou y se lamió los labios acercándose para besar ese exquisito cuello blanquecino.- Tú te vez mucho mejor…- Le susurró sobre la piel y luego subió a esos hermosos labios besándolos con pasión, su lengua se deleitaba con el exquisito sabor que sólo Hyou poseía, se separó poco después y comenzó a conducir hacía donde era aquel baile.
Invitado- Invitado
Re: Baile nocturno
Después de dejar escapar un suspiro, la joven pantera subió al auto para dirigirse al tan esperado baile. Sus manos descansaron sobre su regazo siendo cubiertas por las largas y anchas mangas de su bata negra, su mirada se dirigió apenada al frente y en determinado momento bajó hasta sus pies. – Mi madre suele comportarse como un gatito travieso cuando se emociona demasiado, tiene un… gran espíritu diría él. Ah… dijo algo sobre mi padre… no es que le desagrades… es que… – Hyou hablaba nerviosamente tratando de justificar el comportamiento de sus padres ante él moreno, pues su madre lo había avergonzado y su padre parecía despreciar al hombre que le había robado a su pequeña pantera. Mientras hablaba el menor no se percató de que el moreno lo observaba de aquella forma tan candente, deseándolo con la vista y cuando la sensitiva piel de su cuello sintió el toque de los labios ajenos, el menor pudo sentir como un escalofrío le recorría la espalda y su piel terminaba erizándose. No tuvo tiempo de reaccionar antes de que la boca de su pareja sitiara la suya con tanta pasión que le hizo emitir un leve sonido de placer y conformidad.
Finalmente el beso terminó pero el Nekomata había quedado aturdido y un tanto embelesado, por lo que tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo terminó hundiéndose en el asiento del copiloto con las mejillas encendidas. Sebastían siempre hacía eso, algo que le gustaba pero lo dejaba demasiado ansioso.
Las transitadas calles los hicieron tardan un poco más de lo esperado en el camino, sin embargo este resultó bastante entretenido pues cuando finalmente se le paso la vergüenza al menor, este comenzó a contarle al moreno sobre los días pasados en los que no había podido verle por cuestiones del colegio y el trabajo, era difícil que consiguieran encontrarse y su abuelo no se lo ponía más fácil pues le daba trabajo extra precisamente con ese fin. La charla continuó siendo amena hasta llegar al gran salón, donde algunas personas disfrazadas podían verse en la entrada y el juego de luces escapaba por las ventanas. Los ojos del menor parecieron mostrar más brillo cuando este observó las decoraciones exteriores, deseando pronto ver el interior. Antes de bajar del lujoso automóvil, Hyou se puso un antifaz negro que complementaba el disfraz, le gustaba la idea del anonimato, había visto también el antifaz del mayor entre los dos asientos, así que lo tomó y se dio a la tarea de colocárselo él mismo. En cuanto sus pequeños pies estuvieron fuera del coche la pantera tomó la mano de su pareja, estaba emocionado así que casi corrió al interior. Fantasmas, calabazas, brujas, muertos vivientes, vampiros, todo lo representativo de la otoñal celebración estaba en el interior. – Es genial… – De pronto un órgano se escuchó en el fondo, la tétrica música inundó el lugar y entonces una canción armoniosa y similar a las que bailaban las personas en la época victoriana sustituyo al tétrico sonido. Varias parejas acudieron a la pista, era un baile después de todo. Hyou tan solo miró a los danzantes para después dirigir una disimulada miradita al mayor, esperando que tomara la iniciativa. Quería bailar, estaba disfrazado así que sentía menos pena oculto tras la máscara.
Finalmente el beso terminó pero el Nekomata había quedado aturdido y un tanto embelesado, por lo que tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo terminó hundiéndose en el asiento del copiloto con las mejillas encendidas. Sebastían siempre hacía eso, algo que le gustaba pero lo dejaba demasiado ansioso.
Las transitadas calles los hicieron tardan un poco más de lo esperado en el camino, sin embargo este resultó bastante entretenido pues cuando finalmente se le paso la vergüenza al menor, este comenzó a contarle al moreno sobre los días pasados en los que no había podido verle por cuestiones del colegio y el trabajo, era difícil que consiguieran encontrarse y su abuelo no se lo ponía más fácil pues le daba trabajo extra precisamente con ese fin. La charla continuó siendo amena hasta llegar al gran salón, donde algunas personas disfrazadas podían verse en la entrada y el juego de luces escapaba por las ventanas. Los ojos del menor parecieron mostrar más brillo cuando este observó las decoraciones exteriores, deseando pronto ver el interior. Antes de bajar del lujoso automóvil, Hyou se puso un antifaz negro que complementaba el disfraz, le gustaba la idea del anonimato, había visto también el antifaz del mayor entre los dos asientos, así que lo tomó y se dio a la tarea de colocárselo él mismo. En cuanto sus pequeños pies estuvieron fuera del coche la pantera tomó la mano de su pareja, estaba emocionado así que casi corrió al interior. Fantasmas, calabazas, brujas, muertos vivientes, vampiros, todo lo representativo de la otoñal celebración estaba en el interior. – Es genial… – De pronto un órgano se escuchó en el fondo, la tétrica música inundó el lugar y entonces una canción armoniosa y similar a las que bailaban las personas en la época victoriana sustituyo al tétrico sonido. Varias parejas acudieron a la pista, era un baile después de todo. Hyou tan solo miró a los danzantes para después dirigir una disimulada miradita al mayor, esperando que tomara la iniciativa. Quería bailar, estaba disfrazado así que sentía menos pena oculto tras la máscara.
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Re: Baile nocturno
Desde su posición observó del lugar escuchando la musica con agrado, aunque aun con suficiente cercania de la puerta para observar de vez en cuando a los que entraban. Miró como alguien se acercaba, notando esa mirada de fanatica en la adolescente mientras se acercaba, conteniendo una risa baja con un discreto movimiento de la mano al ver la confución del oso, mientras le firmaba la foto. Cuando regresó alzó un poco la barbilla con orgullo- Por supuesto, las fotografias eran excelentes y supongo que la redacción ayudó un poco -comentó de una manera un tanto bromista- me imaginé que crecería tu numero de admiradores, felicidades -dijo dandole unas palmadas en el hombro para felicitarlo, con una leve sonrisa, realmente se alegraba por él ya que la popularidad le ayudaría bastante.
Cuando la música cambió tomó la muñeca del mayor para hacerle una indicación silenciosa de que bailaran, dando unos pasos a la pista de baile cuando se detuvo repentinamente girando un poco la cara, observando a una pareja nueva con una mirada curiosa. Su mirada se detuvo en el más pequeño de los dos, una figura que le parecía increiblemente familiar, además de que el conocia hasta la manera de pararse de este- ¿Hyou? -murmuró soltando al oso sin apartar su mirada de el chico, acercandose y sintiendo en esa corta distancia su aroma que confirmaba todo; tenía bastante que no le miraba, las ultimas veces que había ido al templono estaba ahi, asi que no era de extrañarse que se alegrara mucho de encontrarlo.
A escasa distancia simplemente le abrazó por la espalda, amarrando sus brazos en el abrazo para evitar que le golpeara ante la repentina acción, sabía que era muy factible tras años de hacer eso, no pudiendo evitar alzarlo un poco por la diferencia de estaturas, frotando su mejilla contra su cabeza- ¡Hyou! Que gusto me da verte -bajandolo para verlo de frente, dirigiendo su mirada a la otra que era del mismo color, mirando el disfraz que llevaba y sonriendo- tan lindo como siempre, no espere encontrarte aqui -sonriendo, recargandose en el bastón ligeramente, dirigiendo la mirada al que le había pasado desapercibido, un hombre de buen ver vestido de vampiro al que escaneó con la mirada- mm nada mal, nunca dudaré de tu buen gusto -le dijo con una mirada pícara, sin medirse mucho en lo que le decía, claro, tenía curiosidad pues en el templo algo le habian comentado de esa persona.
Cuando la música cambió tomó la muñeca del mayor para hacerle una indicación silenciosa de que bailaran, dando unos pasos a la pista de baile cuando se detuvo repentinamente girando un poco la cara, observando a una pareja nueva con una mirada curiosa. Su mirada se detuvo en el más pequeño de los dos, una figura que le parecía increiblemente familiar, además de que el conocia hasta la manera de pararse de este- ¿Hyou? -murmuró soltando al oso sin apartar su mirada de el chico, acercandose y sintiendo en esa corta distancia su aroma que confirmaba todo; tenía bastante que no le miraba, las ultimas veces que había ido al templono estaba ahi, asi que no era de extrañarse que se alegrara mucho de encontrarlo.
A escasa distancia simplemente le abrazó por la espalda, amarrando sus brazos en el abrazo para evitar que le golpeara ante la repentina acción, sabía que era muy factible tras años de hacer eso, no pudiendo evitar alzarlo un poco por la diferencia de estaturas, frotando su mejilla contra su cabeza- ¡Hyou! Que gusto me da verte -bajandolo para verlo de frente, dirigiendo su mirada a la otra que era del mismo color, mirando el disfraz que llevaba y sonriendo- tan lindo como siempre, no espere encontrarte aqui -sonriendo, recargandose en el bastón ligeramente, dirigiendo la mirada al que le había pasado desapercibido, un hombre de buen ver vestido de vampiro al que escaneó con la mirada- mm nada mal, nunca dudaré de tu buen gusto -le dijo con una mirada pícara, sin medirse mucho en lo que le decía, claro, tenía curiosidad pues en el templo algo le habian comentado de esa persona.
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Re: Baile nocturno
Escuchó a Eloane, asintiendo un poco. No había esperado que el reportaje tuviera mucho efecto, aunque no era porque dudara de la habilidad del fotógrafo ni del reportero que se hubiera encargado del reportaje, sino porque no veía que un artículo sobre un deporte como el Kickboxing llamara la atención de la población. -Me alegro...estoy seguro de que hiciste un buen trabajo.- Dijo, con tono convencido, al fin y al cabo el lo único que había hecho había sido quedarse quieto como el menor le decía o entrenar normalmente. -Ah...pero ha sido gracias a ti...y al que escribió el reportaje...yo no hice nada...- Dijo, con tono humilde, no es que hubiera sido idea suya ni nada, así que solo podía agradecérselo al artífice del reportaje y las fotos que lo adornaban, que le parecía que seguramente habían sido lo que más había interesado a las fans como la que se le había acercado en ese momento.
Asintió al ver la indicación del menor, siguiéndole de cerca a la pista de baile para no perderse entre la multitud. Se detuvo con el menor, siguiendo su rostro para ver a la pareja recién llegada, mirando curioso las orejas redondas del más bajo de ambos, notando el impulso súbito de tocarlas y acariciarlas. -¿Los conoces de algo?- Preguntó, notando que el menor no les perdía ojo en ningún momento hasta decir un nombre bajo, soltándole para caminar entre la multitud hasta la pareja. -Ah...espera...- Dijo, siguiéndole intentando no empujar a nadie, algo difícil con su masa, por lo que su avance era un poco más lento que el del gato, ya que tenía que esperar a que las parejas dejaran espacio suficiente para que le cruzara mientras intentaba no perder de vista a su pareja ni al destino de esta, que permanecía estático en un lado de la pista.
Cuando estaba a unos pocos pasos, pudo ver como abrazaba al más bajo, vestido con un provocativo traje de bruja, aunque su mirada se centraba con aire goloso en los dulces que adornaban el sombrero de bruja que tenían un aspecto muy atractivo para él. Su pareja era un hombre un poco más alto que Eloane o eso le parecía en la distancia vestido con una traje clásico de vampiro que se complementaba con un antifaz similar al de la bruja felino. Se detuvo un momento, pensando en si debía meterse en la conversación, decidiéndose finalmente, dando un paso para colocarse tras Eloane, mirando a la pareja con su mirada perdida y profundamente penetrante, esperando un poco a que este hablara. -¿Quienes son, Eloane?- Preguntó, observando la actitud familiar que tenía con el más pequeño, deduciendo que podía tratarse de el hermano menor que le había mencionado la primera vez que se habían conocido. Vistos de cerca tenía el pelo y los ojos de color parecido, además de una esencia ligeramente similar. En cambio, el vampiro de ojos rojos no parecía para nada pariente de ninguno de los dos, claro que tampoco podía estar seguro...-¿Familiares....?- Aventuró, esperando tranquilamente la respuesta.
Asintió al ver la indicación del menor, siguiéndole de cerca a la pista de baile para no perderse entre la multitud. Se detuvo con el menor, siguiendo su rostro para ver a la pareja recién llegada, mirando curioso las orejas redondas del más bajo de ambos, notando el impulso súbito de tocarlas y acariciarlas. -¿Los conoces de algo?- Preguntó, notando que el menor no les perdía ojo en ningún momento hasta decir un nombre bajo, soltándole para caminar entre la multitud hasta la pareja. -Ah...espera...- Dijo, siguiéndole intentando no empujar a nadie, algo difícil con su masa, por lo que su avance era un poco más lento que el del gato, ya que tenía que esperar a que las parejas dejaran espacio suficiente para que le cruzara mientras intentaba no perder de vista a su pareja ni al destino de esta, que permanecía estático en un lado de la pista.
Cuando estaba a unos pocos pasos, pudo ver como abrazaba al más bajo, vestido con un provocativo traje de bruja, aunque su mirada se centraba con aire goloso en los dulces que adornaban el sombrero de bruja que tenían un aspecto muy atractivo para él. Su pareja era un hombre un poco más alto que Eloane o eso le parecía en la distancia vestido con una traje clásico de vampiro que se complementaba con un antifaz similar al de la bruja felino. Se detuvo un momento, pensando en si debía meterse en la conversación, decidiéndose finalmente, dando un paso para colocarse tras Eloane, mirando a la pareja con su mirada perdida y profundamente penetrante, esperando un poco a que este hablara. -¿Quienes son, Eloane?- Preguntó, observando la actitud familiar que tenía con el más pequeño, deduciendo que podía tratarse de el hermano menor que le había mencionado la primera vez que se habían conocido. Vistos de cerca tenía el pelo y los ojos de color parecido, además de una esencia ligeramente similar. En cambio, el vampiro de ojos rojos no parecía para nada pariente de ninguno de los dos, claro que tampoco podía estar seguro...-¿Familiares....?- Aventuró, esperando tranquilamente la respuesta.
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Re: Baile nocturno
Dejó que Hyou le colocara el antifaz y bajo del auto colocándose también la capa mientras caminaba detrás del moreno, miró el lugar notando esa hermosa mirada brillar con la decoración, una sonrisa se dibujó en sus labios, iba a invitarle a bailar, después de todo a eso precisamente habían llegado a aquel lugar, estiró su mano rozado con suavidad esos delicados dactilares pero su mano fue alejada con brusquedad por un extraño que abrazaba a Hyou, frunció el ceño dispuesto a buscar pelea pero al escuchar la confianza con la que saludaba aquel moreno a su pareja supuso que ambos se conocían así que se apartó un poco manteniéndose en total silencia con la mirada seria posada en la pareja.
Después notó que el otro le miraba y halagaba a Hyou sobre sus "gustos" suponiendo que se refería a él, Sebastian sólo se mantuvo en silencio hasta que pudo ver a otro tipo acercarse era muy alto y rápidamente pudo percibir que se trataba de un oso, ahora estaba muy confundido, sólo quería bailar con Hyou y pasar una buena noche a lado del menor, pero con los recién llegados supo que eso sería difícil, debía quedarse y esperar a ver que haría su pequeño Nekomata, si él le pedía que se quedarán no tendría otra opción más que aceptar "gustoso" las peticiones de su pareja.
Después notó que el otro le miraba y halagaba a Hyou sobre sus "gustos" suponiendo que se refería a él, Sebastian sólo se mantuvo en silencio hasta que pudo ver a otro tipo acercarse era muy alto y rápidamente pudo percibir que se trataba de un oso, ahora estaba muy confundido, sólo quería bailar con Hyou y pasar una buena noche a lado del menor, pero con los recién llegados supo que eso sería difícil, debía quedarse y esperar a ver que haría su pequeño Nekomata, si él le pedía que se quedarán no tendría otra opción más que aceptar "gustoso" las peticiones de su pareja.
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Re: Baile nocturno
Sus dedos sintieron el suave roce de los ajenos y como reacción comenzaron a entrelazarse tímidamente. Sentía felicidad en su palpitante corazón: balaría con Sebastian, algo que aun no habían hecho como pareja. Y sin embargo fue atraído hacía un cuerpo con mayores proporciones a las suyas, justo como si tan solo se tratara de un muñeco sus pies abandonaron el suelo mientras el otro le abrazaba. No tardó mucho en reconocerle y que su expresión de pánico fuera sustituida por una de sorpresa y alegría. El olor y la voz del más alto las podría reconocer en cualquier lugar, ya que lograban transmitirle gran tranquilidad. Apenas fue dejado en el suelo su cuerpo dio un brinco hasta el mayor, aferrándose de su cuello sin poder resistirse al impulso de darle un par de lamiditas en una de las mejillas. – ¡Aniki! – Se trataba de Eloane, el segundo en mayoría de edad entre todos sus hermanos, quien mantenía una actitud paternal para con él, el más pequeño de todos. – El traje lo hizo mama, seguramente querría tener crédito. - Sonrió sin despegarse del otro un segundo. Su hermano Eloane era la única persona con la que la pequeña pantera se comportaba de manera tan infantil. – Tu también te vez muy bien, aniki, tan guapo. – La cola del menor ondeó en el aire mientras adulaba a su hermano.
Al ver que su hermano mayor miraba al frente, notó que se estaba olvidando de algo importante. Soltó el cuello del mayor, regresando al lado de su pareja para aferrarse a uno de los esculpidos brazos, sonrió orgulloso como si estuviera a punto de mostrarle algo preciado a su hermano mayor, tenía confianza en él y pensaba que por su forma de ser, este no reaccionaría igual que el resto de su familia. Justo antes de que pudiera decir algo, el mayor hizo aquel comentario tan vergonzoso y ahora con el rubor invadiendo sus mejillas protestó sin soltar el brazo del dragón. – ¡¿Aniki, tu también?! Mamá no paró de hacer comentarios vergonzosos… – Suspiró cansinamente antes de continuar, provenir de una familia de felinos juguetones y lujuriosos era bastante difícil. – Él es Sebastian, es mi… novio… – Tenía que trabajar un poco más en ese aspecto, aun le resultaba un poco vergonzoso confesar su relación. – Sebastian él es mi hermano mayor, Eloane. - Su mano tomó la del moreno, quería hacerlo sentir en confianza aun frente a otro de los miembros de su familia, después de todo no creía que su hermano llegara a ser grosero con el dragón.
No tardó mucho en notar al corpulento oso que perseguía insistentemente a su hermano, siempre era igual, Eloane tenía muchos admiradores. – Tu también tienes compañía… ¿Quién es él? Preguntó con curiosidad, pero un segundo después salto con una pregunta un tanto más estridente. – ¡No me digas que por eso no has ido a visitarme! Aniki siempre se olvida de mi cuando tiene novio. – Resopló moviendo la cabeza de un lado a otro en negativa.
Al ver que su hermano mayor miraba al frente, notó que se estaba olvidando de algo importante. Soltó el cuello del mayor, regresando al lado de su pareja para aferrarse a uno de los esculpidos brazos, sonrió orgulloso como si estuviera a punto de mostrarle algo preciado a su hermano mayor, tenía confianza en él y pensaba que por su forma de ser, este no reaccionaría igual que el resto de su familia. Justo antes de que pudiera decir algo, el mayor hizo aquel comentario tan vergonzoso y ahora con el rubor invadiendo sus mejillas protestó sin soltar el brazo del dragón. – ¡¿Aniki, tu también?! Mamá no paró de hacer comentarios vergonzosos… – Suspiró cansinamente antes de continuar, provenir de una familia de felinos juguetones y lujuriosos era bastante difícil. – Él es Sebastian, es mi… novio… – Tenía que trabajar un poco más en ese aspecto, aun le resultaba un poco vergonzoso confesar su relación. – Sebastian él es mi hermano mayor, Eloane. - Su mano tomó la del moreno, quería hacerlo sentir en confianza aun frente a otro de los miembros de su familia, después de todo no creía que su hermano llegara a ser grosero con el dragón.
No tardó mucho en notar al corpulento oso que perseguía insistentemente a su hermano, siempre era igual, Eloane tenía muchos admiradores. – Tu también tienes compañía… ¿Quién es él? Preguntó con curiosidad, pero un segundo después salto con una pregunta un tanto más estridente. – ¡No me digas que por eso no has ido a visitarme! Aniki siempre se olvida de mi cuando tiene novio. – Resopló moviendo la cabeza de un lado a otro en negativa.
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Re: Baile nocturno
Fuera de mostrarse a la defensiva su hermano pareció aceptarlo rapidamente, sosteniendolo cuando se lanzó a su cuello, sonriendo con una mirada llena de cariño y protección, estaba de acuerdo que era una persona con muchos defectos e incluso dificil de tratar pero no había duda que el más pequeño de la familia era su adoración. Le miró con detalle, si que había un poco del sello personal de su madre en él- Por supuesto, me imagino que estaria muy ilusionado al verte- dijo imaginando al gato casi saltando de contento- Gracias otouto, yo hice mi disfraz /dijo tomandose el ala del sombrero delineandola con ese aire orgulloso de felino.
Mientras su hermanito se acercaba al desconocido vampiro sintio la cercania y la pregunta del oso, sonriendole y dandole unas palmaditas en el brazo disculpandose en silencio por haberse separado repentinamente- Asi es -le murmuró regresando su atención a la pareja, mirando el resultado de su comentario en el sonrojo del menor, provocandole una sonrisa picara muy caracteristica de él- Si no es vergonzoso, es una felicitación para ti y un halago para el aqui presente- dijo con propiedad, aun asi teniendo ese aire maduro pero burlesco rodeandolo. Sonrió acercandose a la pareja, suponía la denominación pero aun asi miró con ternura a la panterta, sabía lo dificil que debía resultarle presentarlo como tal, pasando su mirada al otro suponiendo que debia quererlo mucho; solo hizo una leve inclinación de cabeza cuando mencionó su nombre, extendiendo su mano enguantada con porte- Un gusto Sebastian -estrechó su mano, olfateando ese aroma a reptil en él sin dejar de sorprenderse un poco por ello, pero solo sonriendole educadamente, no tenía por que menospreciar la desición de su hermano.
Regresó junto al oso, notando que su hermano tambien había reparado en él, cosa no demasiado dificil claro. A penas iba a contestar cuando llegó la otra pregunta, apuntando al menor con aire ofendido- Eso no es verdad, nunca te dejo de lado cuando salgo con alguien y lo sabes, las ultimas veces que he ido al templo no estas- señaló mientras su sombrero se movía un poco en señal que sus orejas aparecieron bajo este- Ademas que papá y el viejo no tuvieron reparos en hablarme de tu novio -y por hablar se referia a descargarse con él de todo lo que habia pasado o decian quer habia pasado, tampoco es como que les creyera mucho, por lo menos esa vez no habia sido la victima de los reclamos. Se acomodó el sombrero sonriendole a pesar de todo, no podia regañarle en serio nunca- Respondiendo a tu pregunta, él es Bursar y por ahora solo lo invité a salir- le aclaró para que no se hiciera ideas prematuras, tampoco sabia si podía ofender al oso, pero su mirada dirigida a su hermano de completo pillo le transparentaba sus intensiones, la pantera seguramente lo sabria sin tener que decirselo- Sobra decir que el es Hyou, el menor de mis hermanos -dijo acercandose al mayor como si le dijera un secreto, pero a volumen perfectamente audible- y el favorito, pero no le digas por que se emociona -dijo con una sonrisita burlesca.
Mientras su hermanito se acercaba al desconocido vampiro sintio la cercania y la pregunta del oso, sonriendole y dandole unas palmaditas en el brazo disculpandose en silencio por haberse separado repentinamente- Asi es -le murmuró regresando su atención a la pareja, mirando el resultado de su comentario en el sonrojo del menor, provocandole una sonrisa picara muy caracteristica de él- Si no es vergonzoso, es una felicitación para ti y un halago para el aqui presente- dijo con propiedad, aun asi teniendo ese aire maduro pero burlesco rodeandolo. Sonrió acercandose a la pareja, suponía la denominación pero aun asi miró con ternura a la panterta, sabía lo dificil que debía resultarle presentarlo como tal, pasando su mirada al otro suponiendo que debia quererlo mucho; solo hizo una leve inclinación de cabeza cuando mencionó su nombre, extendiendo su mano enguantada con porte- Un gusto Sebastian -estrechó su mano, olfateando ese aroma a reptil en él sin dejar de sorprenderse un poco por ello, pero solo sonriendole educadamente, no tenía por que menospreciar la desición de su hermano.
Regresó junto al oso, notando que su hermano tambien había reparado en él, cosa no demasiado dificil claro. A penas iba a contestar cuando llegó la otra pregunta, apuntando al menor con aire ofendido- Eso no es verdad, nunca te dejo de lado cuando salgo con alguien y lo sabes, las ultimas veces que he ido al templo no estas- señaló mientras su sombrero se movía un poco en señal que sus orejas aparecieron bajo este- Ademas que papá y el viejo no tuvieron reparos en hablarme de tu novio -y por hablar se referia a descargarse con él de todo lo que habia pasado o decian quer habia pasado, tampoco es como que les creyera mucho, por lo menos esa vez no habia sido la victima de los reclamos. Se acomodó el sombrero sonriendole a pesar de todo, no podia regañarle en serio nunca- Respondiendo a tu pregunta, él es Bursar y por ahora solo lo invité a salir- le aclaró para que no se hiciera ideas prematuras, tampoco sabia si podía ofender al oso, pero su mirada dirigida a su hermano de completo pillo le transparentaba sus intensiones, la pantera seguramente lo sabria sin tener que decirselo- Sobra decir que el es Hyou, el menor de mis hermanos -dijo acercandose al mayor como si le dijera un secreto, pero a volumen perfectamente audible- y el favorito, pero no le digas por que se emociona -dijo con una sonrisita burlesca.
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Re: Baile nocturno
Miró como el menor de los gatos enseguida correspondía al abrazo de Eloane, lanzándose a sus brazos e incluso lamiendole rápidamente la mejilla, aumentando la firmeza de su suposición de que se trataba del hermano menor que le había mencionado anteriormente. Se colocó a un paso detrás de su pareja, con la pregunta que había formulado en su mirada, confirmando su suposición al oírle. -Entiendo....- Dijo, volviendo su atención a la pareja, inspirando profundamente el aroma de ambos para indentificarlos. El hermanito de Eloane no fue una sorpresa, ya se imaginaba que podía tratarse de un gato grande por sus orejas, revelándolo como una pantera, aunque que su pareja fuera un cocodrilo si le pareció algo poco habitual, pero terminó sin darle una mayor importacia. Observó las presentaciones, esperando con tímidez a que tuvieran a bien presentarle al resto de los reunidos. No quería interrumpir la presentación del novio del pequeño a su hermano mayor, por lo que dejó vagar su mirada, alejándose unos pocos pasos para coger un puñado de dulces y golosinas situados en una mesa aparte. Seguramente su agente le reñiría de saberlo, pero no creía que pasara nada por comer algo fuera de su dieta un día. Además, el día siguiente podría quemar las calorías en el gimnasio.
Mientras comía algunos pastelitos con forma de calabaza sonriente, observó que Eloane se acercaba a él, por lo que volvió a su anterior posición, cogiendo unos pocos dulces con él, llegando a escuchar la acosación del pequeño, adelantándose en su respuesta a Eloane. -Ah...lo lamento mucho, no quería molestar....- Dijo, con tono suave, no había visto a Eli más que un par de veces, pero aún así quizás si que había hecho que no tuviera tiempo para estar con su hermano mientras preparaba sus fotos. La contestación del gato le animó un poco, imaginando que los familiares de los dos hermanos debían preocuparse mucho por ellos. Miró al cocodrilo con cierto disimulo, lo cierto es que si tenía un aspecto algo preocupante...quizá fuera eso lo que había motivado que estuvieran tan preocupados...-Encantado Hyou...- Musitó, adelantándo su mano al pequeño y luego a la figura de ojos carmesíes, sacudiendosela suavemente a ambos. Contuvo la pequeña veta de vergüenza que sintió al oír que estaban saliendo, sin saber muy bien que responder a eso. Asintió al oír que se trataba del hermano favorito de Eloane, imitándole. -No se lo diré.- Prometió, mirándo de nuevo a la curiosa pareja de la pantera y el cocodrilo, llevándose a la boca un nuevo pastelito. -Ah.....¿Quereís?- Ofreció, enseñando los dulces que había cogido al grupo.
Mientras comía algunos pastelitos con forma de calabaza sonriente, observó que Eloane se acercaba a él, por lo que volvió a su anterior posición, cogiendo unos pocos dulces con él, llegando a escuchar la acosación del pequeño, adelantándose en su respuesta a Eloane. -Ah...lo lamento mucho, no quería molestar....- Dijo, con tono suave, no había visto a Eli más que un par de veces, pero aún así quizás si que había hecho que no tuviera tiempo para estar con su hermano mientras preparaba sus fotos. La contestación del gato le animó un poco, imaginando que los familiares de los dos hermanos debían preocuparse mucho por ellos. Miró al cocodrilo con cierto disimulo, lo cierto es que si tenía un aspecto algo preocupante...quizá fuera eso lo que había motivado que estuvieran tan preocupados...-Encantado Hyou...- Musitó, adelantándo su mano al pequeño y luego a la figura de ojos carmesíes, sacudiendosela suavemente a ambos. Contuvo la pequeña veta de vergüenza que sintió al oír que estaban saliendo, sin saber muy bien que responder a eso. Asintió al oír que se trataba del hermano favorito de Eloane, imitándole. -No se lo diré.- Prometió, mirándo de nuevo a la curiosa pareja de la pantera y el cocodrilo, llevándose a la boca un nuevo pastelito. -Ah.....¿Quereís?- Ofreció, enseñando los dulces que había cogido al grupo.
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Re: Baile nocturno
Sintió los delicados brazos de Hyou rodearle así que su mirada se dirigió a quien estaba disfrazado de bruja, sonrió levemente al escuchar la forma en que lo presentaba, podía percibir la timidez pero aún así valoraba el ser presentado de esa forma a alguien de la familia, quería tomarle de la barbilla con delicadeza y besar esos hermoso labios, llenarle de su esencia a pesar de que el hermano mayor de Hyou los viera pero… debía soportarlo, entonces se dio cuenta que se encontraba frente a uno de los hermanos mayores de los Kudara.
Entonces estiró su mano para estrecharla con el felino.- El gusto es mío…- Dijo con un tono de voz más suave del que normalmente utilizaría pero a pesar de eso su voz era tan fuerte y varonil con ese acento alemán de siempre, debía portarse de forma amable pues era un pariente de Hyou, el chico que amaba, cuando escuchó a Eloane hablar sobre lo que el abuelo y padre de Hyou habían dicho sobre él soltó un suspiro pues imaginaba los comentarios en especial los del abuelo, sabía que jamás aprobaría lo suyo con el nekomata pues interfería en la procreación de las panteras negras.
Notó la mirada del oso así que sus orbes si fijaron el pareja del hermano de Hyou, podía notarse la fragilidad que tenía a pesar de que su Kogen mostraba tanta fuerza y orgullo, volvió su vista a Hyou y correspondió a los saludos del oso sin apartar la frialdad en su mirada, no mostraba a otros esa ternura y necesidad de protección como con Hyou y su pequeño hermano Kimijo. Cuando escuchó el ofrecimiento de las golosinas sólo hizo un leve movimiento con su mano.- No gracias… provecho.
Entonces estiró su mano para estrecharla con el felino.- El gusto es mío…- Dijo con un tono de voz más suave del que normalmente utilizaría pero a pesar de eso su voz era tan fuerte y varonil con ese acento alemán de siempre, debía portarse de forma amable pues era un pariente de Hyou, el chico que amaba, cuando escuchó a Eloane hablar sobre lo que el abuelo y padre de Hyou habían dicho sobre él soltó un suspiro pues imaginaba los comentarios en especial los del abuelo, sabía que jamás aprobaría lo suyo con el nekomata pues interfería en la procreación de las panteras negras.
Notó la mirada del oso así que sus orbes si fijaron el pareja del hermano de Hyou, podía notarse la fragilidad que tenía a pesar de que su Kogen mostraba tanta fuerza y orgullo, volvió su vista a Hyou y correspondió a los saludos del oso sin apartar la frialdad en su mirada, no mostraba a otros esa ternura y necesidad de protección como con Hyou y su pequeño hermano Kimijo. Cuando escuchó el ofrecimiento de las golosinas sólo hizo un leve movimiento con su mano.- No gracias… provecho.
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Re: Baile nocturno
Debido a la reacción de su hermano, el menor de los Kudara no pudo más que sonreír de lado, tal parecía que no tenía derecho jamás a dudar del cariño que el mayor le tenía u obtendría ese tipo de reacciones y en cierta forma le daba gracia. Prueba de lo mencionado era que el kogen del mayor se había mostrado deshaciendo aquella galante postura solo por un momento. Se estaba divirtiendo pero puso más atención y una cara de seriedad -notoria aunque el antifaz cubriera la parte inferior de su rostro- En el momento en que su hermano menciono a su padre y a su abuelo. La opinión de su padre la conocía aunque el mayor se la guardara bastante delante de su hijo, le había dado su consentimiento y apoyo después de todo, siendo conocedor del afecto mutuo que tanto el felino como el dragón mantenían el uno por el otro, por supuesto era con su madre con quien discutía su punto de vista, sobre todo en la diferencia de edades. Por otra parte la opinión de su abuelo si lo perturbaba un poco, pues tenía la firme convicción de hacerle las cosas más difíciles, motivo por el cual su hermano nunca lo encontraba en el templo, pues todas sus tareas se habían multiplicado. – No deberías hacer caso, no es nada bueno. – Dijo a su hermano seriamente.
Apenas el nombre del oso se le informó, Hyou sonrió pensando que esa sería la próxima presa de su hermano mayor. Cortésmente estiro la mano estrechándola con firmeza, a pesar de su tamaño y juventud Hyou era un macho alfa como su padre, con sangre muy espesa corriendo por sus venas, instintivamente se comportaba orgulloso delante de los otros madararui, motivo por el cual solía perder la paciencia en las discusiones con Sebastian, ya que sus kogen chocaban. A decir verdad, las actitudes del mencionado Bursar le causaron bastante gracia, era un oso bobo y cuando le vio atragantándose de caramelos debió cubrirse los labios para no mostrar la risa que le provocó. Tan solo movió la cabeza de un lado a otro tras el ofrecimiento, seguidamente estirándose hasta donde estaba su hermano para hablarle al oído. – Solo tienes que poner un camino de caramelos hasta la cama y es tuyo. – Era también una contestación a la insinuación de su hermano de hacía un momento. Hyou rio melodiosamente junto al oído del mayor, atrapando su oreja discretamente solo un segundo y después soltándose, tenía esa manía con el mayor pero no solía hacerlo frente al público.
Regresó al lado de su pareja, si que había notado la mirada del oso hacía él, pero también notaba cientos de otras miradas sobre ambos cotidianamente y comenzaban a importarle cada vez menos. Sebastian era peligroso, sensual y atrevido, todo lo que su apariencia indicaba, en ocasiones incluso era malo, pero su corazón era cálido y podía demostrar un gran amor, él de primera mano lo sabía. – Hermano, debo dejarte un momento, nos veremos en un rato mas, bailare con mi pareja. Un placer Sr. Bursar. - Sonrió ampliamente y tiró del dragón para llevarlo hacia la pista. No tardaron mucho tiempo para que tomaran el paso y su danza se volviera suave y armoniosa. – ¿Y… ¿Qué te parece hasta ahora lo que has conocido de mi familia? – Dio una vuelta completa sosteniéndose de la mano del mayor hasta regresar a su posición. – No lo haces nada mal, ¿donde aprendiste a bailar? – Preguntó a Sebastian mientras reía divertido.
Apenas el nombre del oso se le informó, Hyou sonrió pensando que esa sería la próxima presa de su hermano mayor. Cortésmente estiro la mano estrechándola con firmeza, a pesar de su tamaño y juventud Hyou era un macho alfa como su padre, con sangre muy espesa corriendo por sus venas, instintivamente se comportaba orgulloso delante de los otros madararui, motivo por el cual solía perder la paciencia en las discusiones con Sebastian, ya que sus kogen chocaban. A decir verdad, las actitudes del mencionado Bursar le causaron bastante gracia, era un oso bobo y cuando le vio atragantándose de caramelos debió cubrirse los labios para no mostrar la risa que le provocó. Tan solo movió la cabeza de un lado a otro tras el ofrecimiento, seguidamente estirándose hasta donde estaba su hermano para hablarle al oído. – Solo tienes que poner un camino de caramelos hasta la cama y es tuyo. – Era también una contestación a la insinuación de su hermano de hacía un momento. Hyou rio melodiosamente junto al oído del mayor, atrapando su oreja discretamente solo un segundo y después soltándose, tenía esa manía con el mayor pero no solía hacerlo frente al público.
Regresó al lado de su pareja, si que había notado la mirada del oso hacía él, pero también notaba cientos de otras miradas sobre ambos cotidianamente y comenzaban a importarle cada vez menos. Sebastian era peligroso, sensual y atrevido, todo lo que su apariencia indicaba, en ocasiones incluso era malo, pero su corazón era cálido y podía demostrar un gran amor, él de primera mano lo sabía. – Hermano, debo dejarte un momento, nos veremos en un rato mas, bailare con mi pareja. Un placer Sr. Bursar. - Sonrió ampliamente y tiró del dragón para llevarlo hacia la pista. No tardaron mucho tiempo para que tomaran el paso y su danza se volviera suave y armoniosa. – ¿Y… ¿Qué te parece hasta ahora lo que has conocido de mi familia? – Dio una vuelta completa sosteniéndose de la mano del mayor hasta regresar a su posición. – No lo haces nada mal, ¿donde aprendiste a bailar? – Preguntó a Sebastian mientras reía divertido.
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Re: Baile nocturno
Al estrechar la mano del novio de la pantera notó esa voz cauta de no querer quedar mal, podía notar que esa persona de fuerte presencia le tenia mucho cariño a su hermano asi que le sacó una sonrisa, a pesar de que se sentía eclipsado por los Kogen de todos los demas no lo demostraba, tenía un temperamente imponente a pesar de su naturaleza juguetona. Miró con un gesto tranquilo a su hermano, negando con la cabeza- Parece que no recuerdas la hermosa relación que tengo con el viejo, y con papa algo detras tambien -mencionó con ironia, ya ni siquiera le tenia mucho respeto a su abuelo como se dejaba notar al momento de nombrarlo, pero tenía muchos reproches de años acumulados para echarle en cara en cuanto se le presentara la oportunidad, con su padre era mas llevadero pero esas cosas de los felinos grandes y su orgullo era latente- no te preocupes tanto- no pudo evitar darle un suave toque en el hombro al cocodrilo- yo no les agrado demasiado... y soy familia -dijo con una suave risa, realmente era lo más parecido a la oveja negra, segun esto.
Cuando el mayor apareció con las manos llenas de caramelos no pudo evitar negar con la cabeza y sonreir, no culpaba a su hermano por la risa que se asomaba- Comelos tu, no me gustan demasiado -le animo con una sonrisa comprensiva y con cierto toque protector acariciandole suavemente el antebrazo. Se agachó con curiosidad para dejar su oido a la altura del menor, riendo por la idea y soltando un suspiro por el jalón, mirando con cierta diversión a su hermano, dandole una mirada clara de que se vengaría, aunque la idea no era tan mala, claro que quizas bañarse en dulce fuera mejor. Hizo un gesto educado para que siguieran, debia esforzarse por no ser un entrometido en la cita de su hermano,unque su naturaleza le provocara cierto celo maternal.
Tomó a Bursar de la muñeca, apartandolo un poco de donde la otra pareja bailaba, pasando por su lado para bailar tambien, tomando sus manos y acomodandolas, comenzando a moverse al compas de la pieza con gracia- Tal vez fui un poco imprudente... -le comentó al oso suspirando pero sonriendo- creo que no puedo evitar preocuparme por él, aunque se que ya tiene edad para cuidarse solo -dijo mirando al otro y negando con la cabeza notando algo y mirandole con cierto arrepentimiento- lo siento, creo que te ignoré un poco -se disculpó colocandose el batón en un arnes del cinturón para que no estorbara, casi coo si fuera una espada.
Cuando el mayor apareció con las manos llenas de caramelos no pudo evitar negar con la cabeza y sonreir, no culpaba a su hermano por la risa que se asomaba- Comelos tu, no me gustan demasiado -le animo con una sonrisa comprensiva y con cierto toque protector acariciandole suavemente el antebrazo. Se agachó con curiosidad para dejar su oido a la altura del menor, riendo por la idea y soltando un suspiro por el jalón, mirando con cierta diversión a su hermano, dandole una mirada clara de que se vengaría, aunque la idea no era tan mala, claro que quizas bañarse en dulce fuera mejor. Hizo un gesto educado para que siguieran, debia esforzarse por no ser un entrometido en la cita de su hermano,unque su naturaleza le provocara cierto celo maternal.
Tomó a Bursar de la muñeca, apartandolo un poco de donde la otra pareja bailaba, pasando por su lado para bailar tambien, tomando sus manos y acomodandolas, comenzando a moverse al compas de la pieza con gracia- Tal vez fui un poco imprudente... -le comentó al oso suspirando pero sonriendo- creo que no puedo evitar preocuparme por él, aunque se que ya tiene edad para cuidarse solo -dijo mirando al otro y negando con la cabeza notando algo y mirandole con cierto arrepentimiento- lo siento, creo que te ignoré un poco -se disculpó colocandose el batón en un arnes del cinturón para que no estorbara, casi coo si fuera una espada.
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Re: Baile nocturno
Miró con un brillo interrogante en los ojos al hermano menor de su pareja cuando volvió de la mesa de la comida al notar su risa disimulada, encogiendose interiormente de hombros, mascando un caramelo blando con tranquilidad. Asintió suavemente al ver que todos rechazaban la oferta, comiendose él los dulces que le quedaban en las manos sin prisa, saboreándolos. -De acuerdo....- Se echó un murciélago de goma a la boca, notando el escrutinio del cocodrilo sobre su persona. El oso no era demasiado observador y no solía molestarse en observar el Kogen de las personas con detenimiento, incluso si los conocía, de hecho se había sorprendido más de una vez al descubrir que alguién lo era, pero en ese momento la mirada de ojos rojos era demasiado intensa para ignorarla. Se la devolvió con un cierto aire distraído, sin retarlo, observándolo un poco mejor al alemán. Había oido ese acento con anterioridad en su tierra natal y todo fuera dicho, era bastante identificable cuando se conocía. Aunque no tenía tanta fuerza como el de Hyou, el Kogen del cocodrilo parecía querer estirarse ligeramente para envolver el de su pareja, envolviendose en un aura de hostilidad para los demás.
-Igualmente....erfreut(encantado)..- Añadió, cuando se dirigió al cocodrilo. Tenía unas pequeñas nociones de alemán y no le parecía mal ponerlas en práctica. Miró de lado a Eloane cuando la pareja se alejó, preguntándose que podría haberle susurrado su hermano para que se riera así, moviendo la cola canina ligeramente, en símbolo de nerviosismo. Dejó que lo llevara alejándose un poco de la pareja, acomodándose al menor para comenzar a bailar al ritmo de la música que llenaba la sala. A pesar de su corpulencia, el mayor se movía con bastante gracilidad, haciendose enseguida con los pasos necesarios para coordinarse con el fotografo y no pisarlo. -¿Por que lo dices...?- Le preguntó, sin saber muy bien a que se refería, asintiendo un poco al relacionarlo con la preocupación de Eloane por su hermano. -Bueno..será por que es tu familia...se supone que en las familias se preocupan unos por otros....- Dijo, con tono vago, notando la mirada de arrepentimiento, negando suavemente mientras paraban un momento para que el menor guardara su bastón. -Da igual....me entretuve comiendo...- Seguía teniendo un tono vago, con un pequeño toque melancólico, como si no estuviera prestando realmente atención a nada. Se había acostumbrado a que no le prestarán demasiada atención si había otras personas involucradas, así que no le molestaba la falta del moreno. -Me alegro de que te encontrarás con tu hermano...así has conocido a su novio...-
-Igualmente....erfreut(encantado)..- Añadió, cuando se dirigió al cocodrilo. Tenía unas pequeñas nociones de alemán y no le parecía mal ponerlas en práctica. Miró de lado a Eloane cuando la pareja se alejó, preguntándose que podría haberle susurrado su hermano para que se riera así, moviendo la cola canina ligeramente, en símbolo de nerviosismo. Dejó que lo llevara alejándose un poco de la pareja, acomodándose al menor para comenzar a bailar al ritmo de la música que llenaba la sala. A pesar de su corpulencia, el mayor se movía con bastante gracilidad, haciendose enseguida con los pasos necesarios para coordinarse con el fotografo y no pisarlo. -¿Por que lo dices...?- Le preguntó, sin saber muy bien a que se refería, asintiendo un poco al relacionarlo con la preocupación de Eloane por su hermano. -Bueno..será por que es tu familia...se supone que en las familias se preocupan unos por otros....- Dijo, con tono vago, notando la mirada de arrepentimiento, negando suavemente mientras paraban un momento para que el menor guardara su bastón. -Da igual....me entretuve comiendo...- Seguía teniendo un tono vago, con un pequeño toque melancólico, como si no estuviera prestando realmente atención a nada. Se había acostumbrado a que no le prestarán demasiada atención si había otras personas involucradas, así que no le molestaba la falta del moreno. -Me alegro de que te encontrarás con tu hermano...así has conocido a su novio...-
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Re: Baile nocturno
Escuchó aquella pequeña palabra alemana que el oso le decía y lo miró con algo de sorpresa y sonrió afirmando luego con la cabeza dejándose llevar por Hyou a la pista de baile una vez ahí le tomó de la cintura siguiendo el ritmo de la música mientras le observaba a los ojos y escuchaba lo que decía.- Me parecen agradables todos... incluso tu abuelo, claro exceptuando la pelea...- Le ayudo a girar de forma más rápida y sonrió ante la siguiente pregunta.
- Es una de las tantas cosas que mi madre me obligó a aprender...- Un brillo de tristeza de reflejó en su mirada sólo por un instante y luego sonrió, girando a Hyou nuevamente pero está vez le inclinó tomándole de la cintura apegando la punta de su nariz a la del moreno y le regresó a una posición más cómoda apegando sus caderas a las del contrario para después moverlas con más sensualidad.- Después de todo los de la "realeza" debemos poseer muchos dotes artísticos...- Dijo la palabra con algo de desprecio sin dejar de bailar.
- Es una de las tantas cosas que mi madre me obligó a aprender...- Un brillo de tristeza de reflejó en su mirada sólo por un instante y luego sonrió, girando a Hyou nuevamente pero está vez le inclinó tomándole de la cintura apegando la punta de su nariz a la del moreno y le regresó a una posición más cómoda apegando sus caderas a las del contrario para después moverlas con más sensualidad.- Después de todo los de la "realeza" debemos poseer muchos dotes artísticos...- Dijo la palabra con algo de desprecio sin dejar de bailar.
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Re: Baile nocturno
La pantera buscó la sincera Mirada de su acompañante cuando este mencionó lo que sentía por su familia, realmente no podría culparlo si los despreciaba por la forma en la que lo habían tratado, especialmente su abuelo, pero al escuchar sus dulces palabras el corazón se le llenó de felicidad. Verdaderamente amaba a ese impaciente cocodrilo. Dio un par de vueltas mas, sonriendo divertido, mas cuando el mayor habló de su madre le sorprendió un poco pues pensaba que Kimijo era su única familia, por supuesto Sebastian debía haber venido de algún lugar antes que eso. – ¿Tu madre? ¿Ella aun vive? ¿Puedo conocerla algún día? – Sería lo justo, el menor ya había presentado a algunos de los miembros de su gran familia y quería conocer a los de su pareja. Sin embargo la cara de tristeza que el mayor mostró después de su comentario le hizo repensárselo y adquirir más seriedad.
Distraído en las posibilidades que hubieran traído aquel semblante de pura tristeza al varonil rostro de su dragón, cuando menos lo esperó ya estaba colgando de los fuertes brazos ajenos y su entrepierna resintiendo el erótico rose que con tanta sensualidad su pareja había proporcionado en medio del baile. Un suave quejido y la sutil elevación de una de las piernas de la pantera recibió a cambio el moreno. Las mejillas de Hyou gratificantemente ocultas bajo el antifaz se habían teñido de carmín y uno de sus ojos cerrado como mera reacción. – Sebastian, compórtate… – Exigió en un reproche. – ¿La realiza? – Tuvo más importancia aquel pequeño dato que las travesuras del moreno. – ¿Eres de la realiza? – Le sorprendía aunque el dato no ayudaría a que el abuelo de la pantera aceptara al dragón, se lo había dicho después de todo: Sin importar de que cuna noble viniera, jamás dejaría de ser un Mizuchi. – Nunca habías hablado de tu familia Mizuchi.
Distraído en las posibilidades que hubieran traído aquel semblante de pura tristeza al varonil rostro de su dragón, cuando menos lo esperó ya estaba colgando de los fuertes brazos ajenos y su entrepierna resintiendo el erótico rose que con tanta sensualidad su pareja había proporcionado en medio del baile. Un suave quejido y la sutil elevación de una de las piernas de la pantera recibió a cambio el moreno. Las mejillas de Hyou gratificantemente ocultas bajo el antifaz se habían teñido de carmín y uno de sus ojos cerrado como mera reacción. – Sebastian, compórtate… – Exigió en un reproche. – ¿La realiza? – Tuvo más importancia aquel pequeño dato que las travesuras del moreno. – ¿Eres de la realiza? – Le sorprendía aunque el dato no ayudaría a que el abuelo de la pantera aceptara al dragón, se lo había dicho después de todo: Sin importar de que cuna noble viniera, jamás dejaría de ser un Mizuchi. – Nunca habías hablado de tu familia Mizuchi.
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Re: Baile nocturno
Quedo algo sorprendido por la facilidad con la que le mayor se movía, con la actitud infantil que demostraba creia que seria torpe al bailar y para nada se imaginó que le conduciera tan bien, sonriendo y bailando con más facilidad, eso le sumaba bastantes puntos a su manera de verlo. Alzó suavemente el rostro al escucharlo, para hacer contacto visual- trato de no distanciarme, pero con mi trabajo es dificil -le comentó, a pesar de que el otro no aportara mucho era bastante sencillo desahogarse con él de lo que le pasaba por la mente- Ya se que seria bueno regalarte -dijo riendo por lo bajo al recordar el gesto de niño feliz que tenia al comer golosinas, mirandole detalladamente- Eres curioso -dijo sin explicarse lo que habia pasado por su mente, pero el oso tenía una actitud muy cambiante en las diferentes compañias, como todos, pero eran extremos radicales. Miró furtivamente a la pareja que bailaba algo alejada, pero desviandola inmediatamente, no debia de observarlos tanto- Si, aunque no se si hubiera importado mucho si el es feliz yo no tengo por que tener opinion -comentó con completa tranquilidad y madurez, a diferencia de sus padres el no era sobreprotector y miraba a su hermano como un chico de 16 años que debia vivir lo de su edad, no como la pantera heredera de un templo- claro que si le llega a dañar... -quedó suspendida la suposición pero en sus ojos dorados hubo un momentaneo brillo atemorizante, pocas cosas no haria por proteger a su hermano.
Dejó el pensamiento de lado, acercandose un poco más al mayor cuando la pieza se hizo más lenta, observando esa mirada triste- Es complicado saber si te aburres cuando siempre tienes esa mirada de cachorro abandonado -le dijo con una sonrisa burlesca en los labios, apartandose un poco con los pasos para que no los escucharan entre el sonido de la musica- ¿Te regañan si sonries aqui? -le molestó un poco picandole las costillas suavemente con un movimiento discreto, jalandole sin demasiada fuerza de la cadena que colgaba de su cuello para que se agachara- ¿Te sacaria una sonrisa si te invito a un parque de diversiones la proxima vez? -le preguntó en un tono suave, quizas y fuera la invitación correcta a juzgar por actitudes que habia demostrado, bueno, incluso a él le gustaban en cierta medida.
Dejó el pensamiento de lado, acercandose un poco más al mayor cuando la pieza se hizo más lenta, observando esa mirada triste- Es complicado saber si te aburres cuando siempre tienes esa mirada de cachorro abandonado -le dijo con una sonrisa burlesca en los labios, apartandose un poco con los pasos para que no los escucharan entre el sonido de la musica- ¿Te regañan si sonries aqui? -le molestó un poco picandole las costillas suavemente con un movimiento discreto, jalandole sin demasiada fuerza de la cadena que colgaba de su cuello para que se agachara- ¿Te sacaria una sonrisa si te invito a un parque de diversiones la proxima vez? -le preguntó en un tono suave, quizas y fuera la invitación correcta a juzgar por actitudes que habia demostrado, bueno, incluso a él le gustaban en cierta medida.
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Re: Baile nocturno
Sus pies se movían grácilmente por la pista de baile, desmintiendo su torpeza con cada movimiento, siguiendo tranquilamente el compás de la música. Aunque era bastante inútil para muchas cosas, tenía un don para casi cualquier actividad física que quisiera practicar, desde el kickboxing hasta el baile. -Todos los trabajos distancian....yo también veo poco a mi familia...pero seguro que no te lo tiene en cuenta...- Dijo, haciendo girar al gato cuando sonó un pequeño redoble en la música, recuperándolo enseguida con seguridad. [color=darkgrey]-¿Enserio?...pero no tienes que regalarme nada...- Objetó, aunque sentía curiosidad por saber a que podía referirse. -¿Por que lo dices...?- Le preguntó, notando como miraba a su hermano de reojo, girando en su posición para que el menor pudiera vigilar de manera disimulada a su hermano y a su pareja de sangre fría. Entendía que quisiera estar pendiente de su hermano si hacía mucho que no lo veía, así que el hecho de que no le prestara atención a él no le suponía ningún tipo de problema. -Supongo que si...pero mejor que lo conozcas....¿no?- O al menos eso le parecía que haría cualquier hermano, claro que no sabía muy bien como se comportaría Eloane, al fin y al cabo el no había tenido nunca hermanos. Asintió un poco ante la afirmación baja del gato, imaginándose que Melrose tendría un problema grave si se le ocurría dañar al hermanito de Eloane.
Suspiró un poco cuando Eloane se le acercó un poco más, intentado permanecer calmado ante la cercanía del menor, encontrándose con su mirada. -Ah...no me aburro.....me lo estoy pasando bien, tranquilo...- Dijo, apartándose junto con el pequeño, mirándole mientras hablaban, escuchándole atentamente aunque no lo aparentara. -No...pero no suelo sonreír mucho.....- Admitió, notando el pinchazo en sus dorsales, pero sin demostrar ninguna reacción, con la zona protegida por una dura capa de músculo que no cedió al dedo. Se agachó un poco al notar el tirón, bajando la cabeza hasta casi rozar la nariz del pequeño. -Ah....supongo que sería divertido...- Dijo, con una pequeña sonrisa en los labios, incorporándose de nuevo para llevarlo al centro de la pista, moviéndose un poco más alegre por la invitación, sobre todo cuando la música sonó algo más animada.
Suspiró un poco cuando Eloane se le acercó un poco más, intentado permanecer calmado ante la cercanía del menor, encontrándose con su mirada. -Ah...no me aburro.....me lo estoy pasando bien, tranquilo...- Dijo, apartándose junto con el pequeño, mirándole mientras hablaban, escuchándole atentamente aunque no lo aparentara. -No...pero no suelo sonreír mucho.....- Admitió, notando el pinchazo en sus dorsales, pero sin demostrar ninguna reacción, con la zona protegida por una dura capa de músculo que no cedió al dedo. Se agachó un poco al notar el tirón, bajando la cabeza hasta casi rozar la nariz del pequeño. -Ah....supongo que sería divertido...- Dijo, con una pequeña sonrisa en los labios, incorporándose de nuevo para llevarlo al centro de la pista, moviéndose un poco más alegre por la invitación, sobre todo cuando la música sonó algo más animada.
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Re: Baile nocturno
Sonrió ante la exigencia del menor y se inclinó para besar los labios del menor sin dejar de bailar está vez de forma más seria y menos sensual.- Era… no lo soy ahora…- Dijo con calma dejando de bailar, miró a ambos lados como si buscará a alguien conocido, luego tomó al menor de la mano llevándole a la mesa y pidió unas bebidas suaves en contenido de alcohol a uno de los meseros y dejó a Hyou sentarse primero para luego hacerlo él, miró al menor a los ojos sin saber bien que decirle, pero era su novio y sabía a la perfección que Hyou debía saber sobre él… al menos la mayoría.
-Las cicatrices en mi espalda… mi madre me las hizo cuando era un niño… mi… posición en la realeza era importante… no soy un rey, mucho menos un príncipe… digamos que era un duqué… peor mi padre si es el rey, mi madre… Amara… me castigaba por no cumplir lo que ella deseaba.- Se detuvo para tragar saliva pues la garganta le molestaba un poco, el mesero bastante afortunado llegó con las bebidas y tomó una de estar para humedecer su garganta.- Mi padre se caso con otra mujer… tengo un medio hermano… y a mi… a pesar de ser el mayor soy llamado en Alemanía como “el bastardo Melrose”.
Miró a Hyou pues esperaba a que dijera algo, una pregunta o comentario cualquiera estaba bien para Sebastian pues no sabía que más decir, para él era un gran paso hablar de su pasado antes de irse a Japón o mejor dicho huir...
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