Takagi Akito

por **Takagi Akito** Sáb 29 Oct - 18:52

Nombre: Akito.
Apellido: Takagi.
Nacionalidad: Japonés.
Edad: 21 años.
¿Qué eres, uke, suke o seme?: Seme.
¿Clase? ¿Humano o Madararui?: Madararui.
¿Qué clase, si eres Madararui?: Kumakashi, oso panda.
¿Que tipo de semilla eres? Media.
Descripción Fisica: Akito es un joven de una altura prometedora, llegando ésta al metro ochenta y siete. La mayor parte de la población de osos suelen ser sujetos corpulentos y toscos, pero Akito siempre sufrió una fuerte discriminación por su desgarbada y delgada figura. Sus extremidades son alargadas y escuetas, y sus músculos no están tonificados; a simple vista parece realmente debilucho. Su fuerza, sin embargo, supera con creces a la de un oso promedio, aunque rara vez la utiliza, si no es para proteger a cierto lagarto amigo suyo.
Su cabello rubio y ojos pardos no dejan en evidencia su oriental procedencia; aunque estos últimos son pequeños y estirados, no llegan a ser rasgados como los de sus congéneres. Lleva la melena corta y desordenada, pero siempre parece tener un aspecto prolijo. Sus gafas están conformadas por dos hexágonos alargados, y también contribuyen a darle ese aire intelectual. Pese a ello su ropa suele ser deportiva o más bien casual, ya que siempre le gusta estar cómodo. Generalmente se lo ve con sus enormes auriculares colgando al cuello.
En ocasiones Akito no es capaz de ocultar su forma real. No es cuando está nervioso o asustado que se transforma, sino más bien cuando está sumamente relajado o realmente feliz. Muy a menudo cambia de forma mientras duerme o está tomando un baño, y llega a estar en tal estado de trance que ni siquiera se da cuenta de ello. Si ríe o se enoja demasiado pueden aparecerle sobre su cabeza un par de orejas del color de su cabello, no tan redondeadas como las de un panda, sino más bien puntiagudas. Éstas desaparecen al instante, salvo que la risa o el enfado se prolonguen. También puede adquirir la mordedura de oso panda estando en su forma humana a voluntad, para usarla a su conveniencia.
Descripción Psicológica: Akito es una persona muy relajada y entusiasta. Suele evitar los conflictos y trata de aligerar cualquier situación con una pequeña broma para romper el hielo. También puede ser muy enérgico y ocurrente. En su vocabulario se encuentra gran cantidad de dobles sentidos y puede llegar a ser sarcástico en ocasiones, pero con gente que aprecia suele ahorrárselo. Es cariñoso en extremo, como cualquier oso, pero a la vez pícaro. A veces no mide su fuerza, porque tiene trato constante con su mejor amigo, con el cual no necesita tomarse muchas delicadezas (aunque lo sobreprotege mucho). Tiene la mala costumbre de estar mucho encima de otras personas: juega con su cabello, las abraza, jala de su ropa, las pellizca, las muerde, las lame, se les echa encima, las alza en brazos…la mayoría de estas atenciones, sin embargo, las recibe Ryu. En general es muy amable, pero tiene sus manías, caprichos y rayes de egoísmo. Es amigable pero le cuesta hacerse nuevos amigos de verdad. Es reservado, con frecuencia oculta sus verdaderas emociones tras una sonrisa o un comentario sagaz. Aunque llama mucho la atención, no es un ególatra ni nada parecido. Es protector con las cosas que verdaderamente le importan, y prefiere poner su propia salud en juego que arriesgarse a perder a uno de los suyos. Es sumamente racional, pero también puede actuar de manera instintiva o apresurada si ve a alguien importante en peligro. Como se dijo antes, es amable, pero actúa a sangre fría si la situación lo amerita. No te gustaría verlo enfurecido o de malhumor, lo cual ocurre si se meten con sus cosas o tiene sueño (jamás traten de despertarlo a la fuerza o sufrirán las consecuencias).
Gustos: Adora las cañas de bambú, y su mordida es tan potente que puede masticarlas como si se tratara de simples galletas de arroz. Disfruta mucho de las aguas termales y es débil ante el sake. Es muy dormilón; puede quedarse dormido en cualquier lugar y circunstancia. Le encanta escuchar buena música, pero su mayor pasión es la escritura. Con frecuencia se lo puede ver garabateando a toda velocidad algunos versos sueltos sobre lo primero que tenga a mano. Pese a su apariencia de vago, le encanta leer y es bastante culto. Por otro lado, también puede ser infantil y le gusta mucho jugarle bromas a los demás. Además le encanta dar abrazos o estar toqueteando a su querido amigo.
Disgustos: Si de verdad quieres verlo de mal humor, despiértalo de su siesta y habrás cavado tu propia tumba. No sólo le disgusta, ¡lo enfurece! Sólo una persona ha logrado sobrevivir a tal acto de osadía. Tampoco le gusta que se metan con su comida, pero ¿quién sería tan estúpido para molestar a un oso panda mientras se alimenta?
Tiene un alto sentido de la justicia, y no puede soportar que se aprovechen de alguien débil. Antes le molestaba muchísimo que lo marginaran por su aspecto físico, pero con los años ha sabido sobrellevarlo. Eso no quiere decir que ahora le agrade mucho, simplemente pasa de los que tratan de minimizarlo por no tener la apariencia que debería.
Ahora bien, lo que realmente lo vuelve una fiera y lo hace cambiar de personalidad completamente es que alguien quiera hacerle daño a su mejor amigo, Seiryu. ¿Recuerdas lo de despertarlo de la siesta? Olvídalo, tócale un cabello al cocodrilo, y pasarás al otro mundo sin saber siquiera que ha pasado.
Historia: Los Takagi son los orgullosos dueños de una línea de restaurantes mundialmente reconocida. La tradicional cocina japonesa ha sido un secreto heredado de generación en generación. Esta ancestral familia no sólo es famosa por sus excelentes dotes culinarias, sino además por su maestría en la agricultura. Además de tener locales esparcidos por todo el globo, cuentan con más de veinte mil hectáreas de tierra bajo su nombre, que aprovechan para cultivar sus propios vegetales. Su fama ha ido en aumento conforme la nueva ideología “new age” ha ido teniendo alcance en los países occidentales. Lo que ahora necesitaban era un digno heredero, no sólo para llevar adelante el negocio familiar, sino además para mantener vivo su gen. Otra de sus tradiciones era la de mantener su estirpe intacta. Los osos panda de esta familia siguen teniendo la sangre tan pura como los primeros ancestros, y la idea era que siguiera siendo así. Sin embargo, las nuevas eras van desgastando las costumbres. Toshiro Takagi se enamoró perdidamente de una joven osa parda en el verano que ésta visitó Japón junto a su familia para vacacionar. Se casaron en secreto sin la aprobación de sus familias, y para cuando éstas se dieron cuenta ya era demasiado tarde. Los tórtolos no habían perdido la oportunidad para engendrar un heredero bastardo. Los abuelos paternos en primera instancia quisieron darle la espalda a la feliz pareja y a su nieto ilegítimo, así como ellos lo habían hecho en primer lugar; pero finalmente decidieron aprovechar la situación lo mejor posible. Con suerte, el osezno crecería como uno de ellos y podría hacerse cargo de llevar adelante a la familia. Pero no tuvieron tanta suerte. Aún cuando era un recién nacido, pudieron comprobar que su tamaño no era normal en comparación con el del resto de sus familiares, aunque su fino pelaje imitara al de su padre y sus abuelos a la perfección. Si de genes se hablara, el pequeño Akito compartía los mismos que sus antepasados, pero su apariencia era completamente deshonrosa. Desde tiempos inmemorables los Takagi habían sido hombres fuertes y robustos, preparados físicamente para cultivar la tierra y crear platillos exquisitos. El niño había heredado la apariencia de su madre, al menos en su forma humana. Tratando de ignorar ese detalle, los mayores quisieron inculcarle sus conocimientos culinarios, pero el chico se mostraba reacio a cooperar. Cuando se suponía que estuviera practicando en la cocina, el pequeño panda se escondía en un armario a leer apasionadamente los libros que encontraba en la biblioteca de casa o los que pedía prestados a la de la escuela.
No era culpa suya, pero la economía familiar fue en descenso a medida que el niño iba creciendo. Cuando cumplió once años, la familia fue declarada en bancarrota. Sus abuelos no dejaban de adjudicarle la responsabilidad de su situación actual, y decretaron que la única salida que tenían era aprovechar el nombre de la familia e iniciar un negocio de cruzas, utilizando a Akito como fecundador a pesar de su corta edad. Este negocio tampoco tuvo mucho éxito, ya que los clientes creían que estaban siendo engañados al ver en persona al supuesto oso panda, alto y flacucho. Cuando los Takagi creían que no tenían ya más esperanza, otra puerta les fue abierta. Una familia de Mizuchi muy importante, los Kotetsu, buscaba desesperadamente una pareja para su hijo, Seiryu, apenas un año menor que Akito. Les explicaron el delicado caso del jovencito, y acordaron presentar a los dos niños sin que estos supieran sus verdaderos planes. Akito, que ya comenzaba a sentirse desanimado con todo el asunto, pudo tomarse un respiro de todas sus presiones al conocer a quien luego se convertiría en su mejor amigo.
La primera impresión que el panda tuvo de él fue que era muy tímido, y realmente muy bonito (cosa rara, porque hasta entonces ninguno de sus casi pretendientes le había parecido lindo en lo absoluto). También pudo sentir que el chico estaba muy incómodo en su presencia, así que trató de animarlo haciéndole una broma amistosa. Quedó cautivado por la encantadora risa del pequeño cocodrilo, y ese fue el inicio de su amistad, que hasta hoy conservan intacta. Como los padres del reptil vieron que comenzaban a hacer buenas migas, le dijeron a los Takagi que trajeran a su hijito más a menudo. Finalmente Akito fue llevado a la mansión Kotetsu cada invierno y otoño de los siguientes años. Los fuertes lazos que iban creando por fin consiguieron acallar las quejas de sus abuelos. Para él la casa de los Escama de Acero fue realmente su verdadero hogar. Aunque cualquier lugar donde se encontrara Ryu lo sería, como así pasó a serlo el loft que los padres de éste compraron para los dos en Tokio, donde ambos acudieron a la facultad para completar sus estudios. Seiryu quedó encomendado al cuidado de Akito, quien encontró esta tarea un verdadero honor que no le supondría ningún esfuerzo cumplir. Con el correr de los años su amigo se había convertido para él en la persona más importante, y siempre actuaba como una especia de guardaespaldas, ignorante de lo que sus padres estaban planeando para los dos…
Anexos: Akito estudia filología y su meta es convertirse en un famoso escritor. No se lleva muy bien con su familia, por lo que, a diferencia de su amigo, no volvió a visitarlos desde que se mudaron a Tokio y apenas si mantiene algún trato con ellos. Aunque todos los años vuelve a su ciudad natal, Kyoto, junto a Seiryu para acudir a una ceremonia especial de la familia Kotetsu.
Imagen:
Spoiler:
De donde viene tu personaje: Bakuman.
Nombre Real del personaje:Takagi Akito.

por **Mamá gato/Shiroko** Dom 30 Oct - 1:07

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