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-Bienvenido, Invitado- un adorable gatito blanco te observa, inclinando la cabeza hacía un lado, con una expresión casi sonriente en su rostro felino.

-Si estás aquí, es porque tienes... preguntas, ¿verdad? Quieres saber que pasa aquí... muy bien, te contestaré, pero quizás la respuesta te...- el minino cierra su boquita, y entrecierra los ojos, pensativo. -Bueno, quizás no...- se relame. -Por lo pronto, ponte comodo, y escucha... - el gato se acomoda, haciendose una bola, y mientras un ronroneo recorre su cuerpo, te pregunta: -¿Qué piensas de la evolución?- estira una pata, mientras te da tiempo a pensar una respuesta. Pero antes de que lo hagas, clava sus felinos ojos en tí, y contesta: -No todos los humanos descienden de los monos... si su gran mayoría, pero no todos...- una risa gatuna se escapa de entre sus labios al ver tu expresión.

El gatito blanco de desespereza, y se tumba en tu regazo con toda la tranquilidad del mundo. Se restriega contra tus dedos mientras sigue explicando con voz ronroneante todo...

-Puedes separar a los mamíferos en muchas categorías llamadas "ordenes". Más una subcategorías llamadas "subordenes"... Los humanos son una suborden dentro de "La Orden de los primates", comunmente conocida como "Orden de los Monos"... y los "hominidos" puede ser dividida en dos: Humanos (humanidad) y Madararui (con manchas)- el gato para de frotarse contra tí, para sonreír una vez más mientras observa tu rostro. -Los Madararui son los que evolucionaron a partir de otros mamíferos... o reptiles... o peces... o pájaros- clava sus uñitas en tu pierna, y esbozas una mueca al sentirlas, pero estas tan absorto escuchando la historia, que ni protestas: -El hombre simio no tiene la habilidad para distinguir a los Madararui (excepto ciertos casos...), sin embargo, tienen una habilidad maravillosa que muchos madararui no tienen y es... una alta tasa de fertilidad- la cara del gato se ha vuelto maliciosa, casi depredadora... -Y para que negarlo... algunos sois muy... "monos"- se relame.

Tu aún estas shockeado por la historia que te ha contado el gato... pero... un momento, ¿desde cuando los gatos hablan? Bajas la vista para mirar al felino blanco... solo que ya no hay felino.

A lo lejos solo puedes observar como una sonriente joven con un pelo casi blanco se despide de tí con la mano, mientras se aleja con andares insinuantes...