Ryuuji Kentaro

por **Ryuuji** Vie 12 Oct - 13:26

Nombre: Ryuuji
Apellido: Kentaro
Nacionalidad: Japonesa
Edad: 24 años
¿Qué eres, uke, suke o seme?: Seme
¿Clase? ¿Humano o Madararui?: madararui/valedor de linaje
¿Qué clase, si eres Madararui?: Nekomata/Jaguar; pantera negra
¿Qué tipo de semilla eres? Semilla pesada
Descripción Física:
Ryuu posee un buen físico, pues le gusta dedicar tiempo a este a pesar de que no sea demasiado, pues teniendo el estatus que tiene, debe mantener una buena apariencia; con una estatura de 1.95 m su cuerpo es atlético, no fornido ni exageradamente marcado, pero si es decente, lo suficiente como para decir que se pasa al menos una hora en el gym. Su espalda es mediana y cintura ligeramente torneada por el ejercicio, sus brazos y piernas son largos y algo marcados. El tono de su piel se puede considerar como blanco, pero no un blanco pálido, como si nunca saliese, no, sería más bien como el de alguien que sale con frecuencia, pero que aún así mantiene la pigmentación que debería tener.

Su cabello es ondulado, negriazulado y corto, como una especie de melena que le cae más largo en algunas zonas, como en su rostro para enmarcar este y en la parte de su nuca, lo que hace que se vea ligeramente largo. Posee unos hermosos ojos azul acerado, afilados y algo grandes, enmarcados con cejas delgadas y acompañados de un peculiar lunar bajo su ojo izquierdo, de nariz afilada y uno labios ligeramente gruesos; cuyo color natural es durazno; sus rasgos faciales son bastante finos, por lo cual la gente tiende a sobre estimarlo y piensan que es algo delicado, siendo todo lo contrario a ello.

Gusta de vestir prendas algo formales, entremezclando algunas que no lo son tanto, dándole ese aspecto despreocupado pero elegante del yakuza; claro cuando de trabajo se trata, puesto que en raras ocasiones gusta de vestir prendas más estrafalarias y se podría decir que excéntricas, sin perder el buen gusto y esa elegancia tan peculiar que su persona podría tener. Se le suele ver vestir en colores oscuros combinados con blancos, grises o azules, siendo su combinación favorita del clásico traje negro (sin corbata) con camisa blanca o en un tono gris pálido.
Descripción Psicológica:
Voluble, impulsivo, explosivo son las palabras que seguramente describirían de primera mano a Ryuuji. A primera vista puede no parecer alguien de temer, o que tenga cambios de personalidad tan marcados como en realidad los tiene, no, muy por el contrario se le suele ver como una persona que puede estar bajo el mando de otra, algo recatada y sumisa, siendo que en realidad tiene don de mando, lo que él dice se hace y punto. Su personalidad es fuerte y con bastante carácter, muy pocos se atreven a llevarle la contraria, pues de hacerlo terminan mal (claro dependiendo de que tanto metan la pata); si algo le desespera tratará de controlarse, sin embargo si llega a su límite terminará por explotar y no de la mejor manera. Muy por el contrario gracias a la volubilidad de su persona, si encuentra o se topa con algo que le logré mover lo suficiente en cuanto a sentimientos, dará todo por proteger o mantener como se debe aquello que cause esto. Muchas veces tiende a profundizar las cosas, aún así estas tengan la más mínima importancia; ha tratado de controlar esto, bastante le ha costado. Muy pocas ocasiones se le suele ver triste o frustrado, pues él no se permite este comportamiento frente a los otros, pues, como le mostró su padre antes de morir, un líder siempre debe verse como uno aún a pesar de lo que se esté sufriendo. Es un joven bastante inteligente y calculador cuando de negocios o de la familia se trata, siempre busca por el bien de la familia antes que los negocios, pero si puede mantener ambos, seguro es que buscará la manera de hacerlo.

Nunca se ha enfocado mucho en relaciones tan cercanas como el noviazgo o algo así, pues siempre se ha mantenido enfocado en su trabajo como heredero de la casa Kentaro; aunque su hermana supone que el debería ser un hombre bastante protector y algo torpe en cuestiones de ese tipo pues nunca ha tenido esa clase de contacto. Sabe que tiene una prometida, pero nunca le ha conocido puesto que la chica estudia en el extranjero y solo la conoce por fotografías y cartas, no suele tomarle mucha importancia por el mismo motivo.
Gustos:
+Fumar, ante todo fumar, es un vicio que le ha perseguido desde temprana edad.
+El licor, al igual que el cigarro es un hábito el beber.
+La buena comida, japonesa ante todo, pues casi toda la comida que es extranjera le parece hasta cierto punto disgustan te, con contadas excepciones.
+La música, le encanta la de estilo tradicional nipona y el rock clásico.
+La ropa; un yakuza debe estar bien vestido.
+Los tatuajes
+Las armas, de cualquier tipo, tiene un gusto marcado por las “colt python” y las “magnum”, siendo la “magnum 44” su preferida.
+Leer
+Meditar, es una costumbre que le heredó su abuela, y con la cual logra manejar un poco su, ira.
+El deporte; es muy buen deportista, practicante de karate, kendo y arquería.
Disgustos:
+Las personas que no entienden sus órdenes a la primera.
+La desobediencia
+Su forma espiritual, muchas veces no puede controlarla del todo y eso le fastidia.
+Las personas débiles
+Los regaños de su abuela, quien como madararui suele ser muy estricta con Ryuuji.
+Los medicamentos, siempre ha pensado que no los necesita, siempre que los ha ingerido ha sido por que le han forzado.
+Los negocios que no llegan a completarse.
+Que las cosas se le salgan de control.
+La comida agridulce; o e dulce o es salada.
+Los perros, desde que era pequeño le habían gustado mucho, pero cuando despertó como madararui no pudo acercarse tanto a uno sin molestarse, así que prefiere evitarlos o tener un contacto muy limitado con ellos.
Historia:
Para contar la historia del actual oyabun (Jefe) de la familia Kentaro, lo primero que debe de saberse es que originalmente, esta, no tenía a ninguno en su lista. Cómo? Tan fácil que el heredero en turno, nunca encontró a la persona indicada, e incluso, se negó a tener un heredero solo por tenerlo, simplemente, esperaría, rompiendo con la tradición familiar y todo lo que pudieran hacer para imponerle a alguien; no sabiendo que, esa espera por aquella persona “especial” jamás llegaría. Pero, comencemos por un inicio valga la redundancia; Ryuuji, junto con su hermana menor, Izami crecieron en dentro de una de tantas casas de la servidumbre de una familia yakuza. Hijos ambos de un mono, quien desde que lograban recordar, servía a una de las familias yakuza más importantes y destacables de Japón; se encontraba entre los sirvientes de la casa principal a cargo principalmente de la cocina como el chef principal; realizaba varias labores y por supuesto llego a este puesto empezando solo como un ayudante de cocina.

Como es que un hombre con dos hijos termina sirviendo en una casa yakuza?... Pues bien todo comenzó con su madre, una madararui, quien al parecer se divertía bastante jugando con algunos monos, pues no fue mucho tiempo después que Izami naciera y que Ryuuji tuviera escasos 2 años, que abandonó a la familia huyendo con otro hombre, dejando a su marido en turno a cargo de ambos niños. En su desesperación por mantenerlos bien y con salud, su padre trabajo en distintos lugares, no pudiendo mantener los trabajos debido a los horarios y a que no podía dejar a sus pequeños solos tanto tiempo. Aún así la vida no era tan mala, después de un año de grandes sacrificios y de dobles turnos en distintos empleos, pudo conseguir un trabajo que a pesar de ser donde era, era bastante decente. El iniciar como uno de los ayudantes de cocina en la casa Kentaro, no había sido tan mala idea, pues le dieron alojamiento en la misma, y así, podía trabajar y seguir a cargo de sus hijos sin descuidarlos tanto; ya que de alguna manera la madre del en ese entonces oyabun, solía cuidar de ellos encariñándose y tomándolos en más de una ocasión como sus propios nietos siendo muy apreciado por la madre del heredero en ese entonces, a pesar de que sabía que eran ambos monos y ella era un fuerte madararui (al igual que su hijo, ambos Nekomata; gatos monteses), siempre tuvo un especial aprecio a Ryuuji por el gran esfuerzo y gusto con el que ayudaba en las labores que se le encomendaban, así de igual manera los niños tomaban a aquella mujer con su abuelita (obaa-chan) y le querían mucho.

Cuando fue creciendo, Ryuuji, se dio cuenta del verdadero trabajo de la familia para la cual trabajaba su padre, haciéndosele algo curioso, pues esto, a pesar de ser una mafia y tener negocios turbios, también se preocupaban por la comunidad y varias cosas que cualquiera creería que esa clase de personas no hacían, cosa que encanto a Ryuuji, haciendo que estas personas para las que trabajara su padre le parecieran de lo más geniales. A la edad de 19 años, el se convirtió en un ayudante de importancia en la casa al igual que lo era su padre; un día cualquiera en la casa, todo comenzó normal, el oyabun se encargaba de algunas cosas mientras que su abuela paseaba por los jardines cercanos al pequeño templo que en la casona había... Ryuuji quien recién llegaba del colegio para unirse a sus padre en las actividades diarias, todo era absolutamente normal; o al menos eso parecía, puesto que de un momento a otro en que todos mantenían su posiciones, siempre viendo por el bien del oyabun. Justo cuando la comida era servida por Ryuuji y su padre, un tiroteo inicio en los jardines principales de la casa, a lo que todos salieron a ver qué pasaba para encargarse del asunto, manteniéndose el oyabun con toda calma y tranquilidad en el lugar donde estaban, indicándole al mayor y a su hijo se escondieran en un panel que estaba disimulado en el salón, quienes inmediatamente obedecieron, con algunos reclamos de parte de Ryuuji, quien después de unos cuantos regaños por parte de su padre accedió a entrar al escondite.

Todo paso bastante rápido, de un momento a otro el oyabun se vio amenazado por dos miembros de un clan contrario (quienes eran los responsables del ataque); el jefe se había deshecho de uno y estaba por hacerlo del restante, cuando otro intervino y estuvo a punto de terminar el trabajo, cosa que el padre de Ryuuji impidió, pero claro a cambio de su vida; en aquella pauta que el padre del chico había dado, el jefe de ambos aprovecho deshaciéndose de los intrusos, todo se mantuvo en silencio, lo cual por instinto del mayor con vida indicaba que todo se había terminado… Rápidamente, Ryuuji corrió a atender a su padre, siendo lamentablemente tarde para ello, había muerto por un disparo que cubrió al oyabun, todo había terminado; Ryuuji no sabía cómo era que, de un momento a otro había perdido a su padre, tan fácil como u madre les abandono cuando era pequeño. Nunca se percataron en esos momentos que un segundo grupo entraba al salón… varias detonaciones se hicieron presentes, se habían deshecho de los guardias en el pasillo que apenas corrían a revisar a su jefe, esto saco un poco de su ensimismamiento al oyabun que al ver el peligro llamo al chico y le guio fuera esquivando a los que ahora les seguían para deshacerse de ellos, en un giro de mala suerte, una bala fue a parar en la pierna izquierda de Ryuuji, deteniendo su escape en seco, el oyabun se detuvo para auxiliarle y al ver que el que había disparado antes lo haría de nuevo, el chico halo la pierna del mayor para hacerle caer haciendo al tirador fallar el disparo, cosa que no paso cuando un segundo tirador acertó al peli azul en el pecho, dejándole tendido en el suelo con pequeños espasmos en su cuerpo del dolor que de a poco le dejaba inconsciente, casi al borde de la muerte.

Paso bastante tiempo, en oscuridad, sin saber que había pasado después, no fue hasta que despertó, dolorido, desorientado, desconsolado… lo primero que vio, y lo recuerda muy bien, fue la gran habitación blanca y aquel peculiar olor de un hospital, las personas hablar en lenguaje medico, el sonido de la máquina de suero… un enorme gato montés… si.. un enorme gato montés que le saco el susto de su vida cuando empezó a hablarle de cosas que no comprendía, sobre valedores, madararuis, gatos exóticos, no sabía de que hablaba… ni por que hablaba! Fue cuando recibió un fuerte regaño de su parte que, pudo identificarle, volviendo a ver a su querida obaa-chan, pero con orejas de aquel felino, quien le seguía explicando las cosas, que de a poco su cerebro procesara. Después de una larga, larga explicación y vario regaños, por fin pudo comprender que pasaba, y lo que había pasado ante en la casona, recibiendo una noticia bastante mala, así como impactante para él… en primera, era un madararui, al parecer la mujer que lo había traído al mundo, lo era, y no era uno cualquiera, no, era ni más ni menos que un jaguar, y al parecer había heredado el linaje de esta, aunque no comprendía del todo, trataba de. En segunda el oyabun había muerto justo después que él recibiese el disparo, y, como la casa no tenía ningún heredero digno, tanto el, Ryuuji como su hermana, serían adoptados por la familia Kentaro, y Ryuuji heredaría el rango y responsabilidad de la misma convirtiéndose en el nuevo oyabun.

Así fue como este chico pasó a ser uno de los más importantes jefes del yakuza, así como otro madararui más, en ambas cuestione en entrenamiento; que a cargo de Miokaze-san (su abuela) pudo llegar hasta donde está ahora, como un excelente oyabun, y un buen hombre de negocios, con una carrera en Derecho, desempeñándose bien como abogado en más de una situación, que hará lo que sea para mantener el nombre de la familia Kentaro en alto y siempre como una de las más respetadas entre el medio en el que se desenvuelven.
Anexos: Ryuuji tiene un tatuaje con tribales que le rodea el cuello y atraviesa parte de su pecho. A pesar de lo que pueda decir, quiere conocer a su madre y saber el porqué les abandono. Técnicamente es asexual, no le llaman la atención ni hombres ni mujeres; el trabajo es su vida en estos momentos y se dedica a él sin dudar. Su apellido antes de convertirse en oyabun era Akari.
Imagen:
Spoiler:
De donde viene tu personaje: Anime/Videojuego/Manga:Death Conection
Nombre Real del personaje:Luciano

por **Mamá gato/Shiroko** Vie 12 Oct - 13:51

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